Para quienes desarrollamos nuestras actividades productivas en el entorno rural, septiembre es una oportunidad para que el país vuelque su mirada hacia las tradiciones patrias que - en buena parte - nacen, se desarrollan y perduran, gracias a todos quienes vivimos en el campo y hemos hecho de la agricultura, nuestra manera de aportar al desarrollo del país.
Quizá el rodeo sea la expresión más conocida por los chilenos, ya que se ha ganado con justicia el rótulo de "deporte nacional" y ha logrado un desarrollo que traspasa lo meramente deportivo o recreativo.
En torno al rodeo se ha desarrollado una raza equina (el "Caballo Chileno") que luego de décadas de esfuerzo y trabajo de criadores, se ha transformado en un patrimonio genético de gran valor, incluso a nivel internacional.
Pero las tradiciones arraigadas en el campo vas más allá de la fiesta huasa y su entorno. Tienen que ver también con el tipo de relación cotidiana que se da entre el "patrón", sus colaboradores y sus respectivas familias.
Si bien cada vez más los campos se van transformando en "empresas agrícolas", se trata de una estructura productiva que mantiene vivo el apego a la tierra y a las actividades que en ella se desarrollan.
En este sentido, la agricultura también se ha transformado en sinónimo de reserva de una parte importante de las manifestaciones culturales que le han dado su identidad a Chile como nación independiente.
En un momento tan significativo como país, cuando nos aprontamos a celebrar un nuevo aniversario patrio, nos ha parecido oportuno resaltar el aporte que han realizado el campo chileno y su gente, para mantener vivo el espíritu de nuestra nación, a través de diversas manifestaciones culturales, sociales y económicas que nos han permitido forjar una identidad como país.
Cuando la coyuntura nos lleva a alzar la voz porque las distorsiones del mercado (a nivel interno o externo) ponen en riesgo la sustentabilidad de algún rubro agropecuario, no sólo estamos defendiendo el interés particular de un grupo de empresarios, sino que también estamos resguardando todo este patrimonio que hemos logrado construir en torno al campo chileno y que sólo quienes hemos estado ligados por generaciones a él sabemos lo que representa y es la base más sólida sobre la cual podemos mirar hacia el futuro y transitar camino al desarrollo como país.