Propuestas para la participación
La mayoría de la comunidad local cree que sus opiniones y necesidades no son tomadas en cuenta por las autoridades.
Casi el 70% de los habitantes de la Región de Los Ríos cree que las autoridades en general no consideran la opinión de la comunidad a la hora de tomar decisiones, aunque se hayan realizado jornadas de participación ciudadana o reuniones directas con alcaldes, intendentes, parlamentarios, concejales, consejeros, seremis, directores, etc.
El dato forma parte de la información recogida en un estudio de Nueva Región Cómo Vamos y la Universidad Austral (2012) y fue mencionado ayer en el seminario convocado por diversas organizaciones de la sociedad civil, para analizar la marcha de la región, en el marco de su sexto aniversario.
Ese número no es aislado. Se suma a otros que hablan de un creciente descontento de la comunidad local y nacional, porque sus inquietudes y necesidades no son consideradas realmente; sino que son requeridas en cabildos, talleres, espacios de reflexión y otras instancias donde la norma indica que se consulte, pero que después no se ven reflejadas en las acciones oficiales importantes que se toman. Es decir, la llamada "participación ciudadana" no sería vinculante, sino un trámite que encubriría mando ejercido vertical y centralizadamente.
El tema es uno de los considerados "pendientes" en la construcción de Los Ríos, porque el sueño de los luchadores de la Nueva Región era el de un territorio inclusivo, igualitario para las comunas y con decisiones más horizontales en asociación del sector público, el privado y la comunidad en general.
La idea era el ejercicio de una democracia más directa, con control y acuerdos ciudadanos. Por lo mismo ayer llamaron la atención las palabras del doctor Edgardo Condezza Vaccaro, invitado al Seminario, quien encabeza el Movimiento por la Consulta y los Derechos Ciudadanos y propone que en Chile exista la opción de usar el plebiscito (referéndum) como una herramienta permanente para las decisiones, tal como ocurre en los países desarrollados.
En su idea está implícito el protagonismo local, pero necesita también de la voluntad política de los legisladores para implementarla y para participar de ella, por ejemplo, comprometiéndose con programas que la gente después pueda fiscalizar en su grado de cumplimiento. La propuesta quedó planteada.