Ana Magdalena Cheuquepán Quezada se decidió -un día- a cocinar profesionalmente. Le gustaba la elaboración de panes. Entonces, en 2009 se matriculó en la sede Osorno del Instituto Profesional La Araucana y decidió que iba a ser chef panadero.
Al mismo tiempo comenzó a trabajar la idea de una panadería intercultural, porque tiene ascendencia mapuche directa. De hecho, es presidenta de la comunidad Augusto Cheuquepán Monsalve de Lago Ranco.
"Tengo mucha sensibilidad hacia los aromas, sabores y texturas" asegura la emprendedora, quien es egresada de Gastronomía, creadora y propietaria de la Panadería y Pastelería Intercultural "Rokin".
En su local elabora panes de consumo masivo (marraquetas, hallullas); panes aromatizados con merken y anís; pasteles; tortillas; panes con chicharrones y postres williche.
La iniciativa también encontró una respuesta favorable en Sercotec: el año pasado ganó un Capital Semilla y ahora un Capital Abeja, que le permitirá comprar una cafetera italiana e implementar el salón de té.
SU HISTORIA
SU HISTORIA
¿Cómo surgió la idea de su emprendimiento?
-Observando lo que pasaba en la comunidad, cómo preparaban platos, cómo cocinaban, las técnicas utilizadas. Siempre he sido observadora y buena para analizar cosas, de ahí nació la idea de hacer el proyecto. Además, en el instituto me pidieron que haga una investigación respecto a las levaduras y me encontré con las levaduras madres, una técnica muy utilizada en las comunidades mapuche y de donde sale un pan muy elaborado, de apariencia rústica, con mucha crocancia, pero también es muy fresco y duradero respecto a un pan común hecho con levaduras industriales. También hice un trabajo relacionado con un restaurante y todo esto me motivó a trabajar en el tema de la gastronomía. Por eso me autodenomino como "mapuchef".
¿Por qué "Rokin"? ¿Qué significa?
-Es un concepto mapuche que se traduce como meriendas o comidas para llevar. La gente de Lago Ranco se siente identificada con el nombre, considera que es decidor, que tiene identidad. Por eso les gustó el nombre y eso hace que tenga muchos clientes de todos los sectores sociales, que llegan a buscar desde las hallullas hasta panes aromatizados.
¿Desde cuándo está en funcionamiento la panadería y pastelería?
-Me instalé el 11 de febrero del año pasado y los resultados son bastante buenos, tengo mucho trabajo.
¿Quiénes trabajan con Ud.?
-Doy trabajo, pero solamente a mujeres (siete), porque creo que son más disciplinadas, aprenden con facilidad, trabajan bien el tema de las masas, tienen sensibilidad en las manos, es más fácil trabajar con ellas. Se logra un producto final bueno. Trabajan en dos turnos: dos cajeras, cuatro panaderas y una pastelera.
¿Cuánta es su producción?
-Aproximadamente 150 kilos diarios de hallullas, que es el producto estrella. También tenemos berlines aromatizados con anís y otro de los productos más apetecidos es el pan con chicharrones.
¿Cómo se proyecta?
-Me gusta la idea de la interculturalidad y pienso que como mapuche, tenemos mucho que entregar al resto de la sociedad, especialmente respecto a los valores más humanos, temas medio ambientales y temas gastronómicos; como comunidad, debemos hacer un desarrollo con identidad. Ahora me proyecto con una cafetería y un salón de té. Desde diciembre quiero ofrecer desayunos, ya que tengo un público cautivo.
Hay que adecuar el local, porque también viene la temporada turística. La idea es habilitar el salón de té, sin sacar la sala de ventas, porque el negocio tiene que estar asociado a la producción de pan.
Ubicada en un lugar estratégico de Lago Ranco, al lado del Centro de Salud Familiar (Cesfam), Ana Magdalena Cheuquepán espera diariamente en su "Rokin" a una heterogénea clientela que llega desde los campos y la ciudad.
"Buena comida, buen equilibrio" ("kume yael, kume fentren") es el eslogan de su negocio. Y ella se preocupa de cumplirlo.