Un libro publicado recientemente intenta dilucidar por qué algunas personas siempre se atrasan y llegan tarde a ciertas citas, sugiriendo que una posible explicación de esto es la forma en que se percibe el paso del tiempo.
La publicación, titulada "Never Be Late Again" y escrita por la académica Diana DeLonzor, sugiere que los atrasos son un problema a menudo incomprendido y que en algunos casos se puede volver crónico.
DeLonzor, una consultora experta en temas como procrastinación y manejo del tiempo, basó su investigación en entrevistas a cientos de personas, quienes en su mayoría manifestaron odiar llegar tarde a un lugar.
"Ellos tratan de ser puntuales, pero el atrasarse es algo que los acosa en su día a día. Decirle a una persona impuntual que llegue a la hora es como decirle a una persona a dieta que no coma tanto", sostuvo la investigadora al medio digital "Huffington Post".
Para la especialista, la impuntualidad es un tema que empieza tempranamente. "(Para muchos) comienza en la niñez, y son impuntuales no sólo para cosas que involucran a otras personas, sino también en cosas que los perjudican a ellos mismos", dijo DeLonzor a ese sitio web.
En su estudio, la investigadora aplicó un test para medir las diferencias en cómo la gente puntual y la impuntual percibe el paso del tiempo. El ejercicio era bastante simple: DeLonzor les pidió a los participantes elegir tres o cuatro páginas de un libro, tomar el tiempo y empezar a leer. Les pidió dejar de leer cuando consideraran que habían pasado 90 segundos. "Encontré que las personas puntuales dejaban de leer antes de que hubiesen pasado los 90 segundos, mientras que los impuntuales cerraron sus libros después de los 90 segundos", sostuvo DeLonzor.
La experta indicó que investigadores de la Universidad Estatal de Cleveland hicieron un ejercicio similar y llegaron a conclusiones parecidas: observaron que las personas impuntuales subestiman "consistentemente" el paso del tiempo.
En un estudio que DeLonzor desarrolló en los 90, la experta encontró que ciertos componentes sicológicos pueden contribuir a una impuntualidad crónica. En esa oportunidad, la consultora identificó vínculos entre este padecimiento y ciertas características de la personalidad, como ansiedad, bajo autocontrol y una tendencia hacia la búsqueda de emociones fuertes.
Con ese y otros trabajos, la investigadora ha podido clasificar en siete los tipos de personas impuntuales. Los más comunes con los "deadliners", que son aquellos que esperan hasta el último minuto para concretar un compromiso. "Una de las cosas que encontré es que algunas personas son, inconscientemente, amantes de la adrenalina que conlleva tener prisa", dijo DeLonzor.
La segunda categoría es "el productor", que son aquellas personas que recargan en exceso su agenda porque creen que en una hora pueden hacer un montón de cosas.
La tercera categoría es la de los "de mentalidad ausente", que son las personas que se distraen con facilidad y que podrían tener una condición diagnosticable como déficit atencional e hiperactividad.
Aunque menos comunes, también están los "rebeldes", o aquellas personas que "disfrutan" llegando tarde a un compromiso, debido a que les gusta la idea de que otra persona los está esperando.
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