Se trata de un avance y una herramienta que ayudará a preservar la belleza del paisaje e impulsar un desarrollo verdaderamente sustentable.
La oportunidad del CCS es pionera, pero sus primeros pasos ya han generado alertas ciudadanas...
Tras nueve años, una alerta ambiental internacional, diecisiete procesos sancionatorios y un fallo de la Corte Suprema, la sentencia dictada el 27 de julio de 2013 por la jueza Gloria Hidalgo, parece haber puesto punto final, jurídico, al prolongado caso Celco. Un dictamen judicial que determina la responsabilidad y que abre, por primera vez en Chile, el capítulo de las medidas de restauración de un ecosistema a costas de la empresa que generó el daño ambiental. Precisa para ello cinco medidas concretas: estudio sobre el estado actual del humedal del Cruces; creación de un humedal artificial o centinela (que reciba el primer impacto de los riles de Celco); programa de monitoreo ambiental por un período de cinco años; creación de un Centro de Investigación de Humedales; y programas de desarrollo comunitario.
Para desarrollar tales medidas, el pasado 26 de noviembre entró en operación el Consejo Científico y Social (CCS) para la restauración del humedal del río Cruces, integrado por representantes del Consejo de Defensa del Estado, Celco-Arauco, Acción por los Cisnes, Sag, Conaf más los seremis de Agricultura y Medio Ambiente. La oportunidad que representa este CCS, resulta pionera. Pero sus primeros pasos ya han generado alertas ciudadanas.
Causa de ello serian los indicios de un posible aluvión de proyectos y estudios científicos, planteados desde facultades de la Uach. O la falta de definición del territorio concreto en el que se va a enmarcar la prevista restauración (¿la totalidad de los humedales del Cruces, definidos estos por la línea máxima de aguas y mareas históricas?; ¿los escasos límites del Santuario de la Naturaleza de los Ríos Cruces y Chorocamayo, cuyo mapa desconoce Conaf?) Tampoco se ha conseguido transmitir a la ciudadanía una voluntad real de socialización y transparencia en el proceso, en cuanto a sus objetivos a medio y largo plazo, o al sueño de como se concibe este territorio como legado a las generaciones futuras. No existen actas sobre las reuniones del CCS.
Hoy, la gama de problemas se ha diversificado en el Cruces, con invasión de especies exóticas como visones y tortugas; proyectos urbanístico-especulativos ilegales como el caso Isla Tres Bocas, ínfimos niveles de fiscalización, talas ribereñas o proyectos de multinacionales españolas cuyos tendidos eléctricos amenazan el propio corazón del Santuario. Por ello, la oportunidad de hacer bien las cosas por parte del Consejo Científico y Social constituye una histórica esperanza y una oportunidad de oro. Todavía…
Presidente de la Sociedad Geográfica Chilena