La actividad oficial de dar el vamos debe entenderse ahora como un compromiso.
Se le suma un mundo desarrollado que se espera retome la senda del crecimiento.
En línea con las expectativas del mercado, el Consejo del Banco Central optó por una nueva rebaja (25 puntos base) tras los dos meses de pausa que siguieron a los anteriores recortes de octubre y noviembre.
Esta nueva disminución naturalmente responde al marcado menor dinamismo que ha mostrado nuestra economía especialmente en la segunda mitad de 2013, y que a futuro pareciera continuar incluso de manera más pronunciada. Basta ver cómo las proyecciones de crecimiento para 2014 de los mayores Bancos e Instituciones Financieras han ido sistemáticamente cayendo.
Si bien hasta ahora la mayor parte de la caída en la demanda interna se explica por una marcada baja en la inversión la que de acuerdo a los indicadores coyunturales que conocemos para inicios de 2014 aún continua, se deben considerar los recientes -y esperables- signos de un consumo menos dinámico, el cual había sido motor de la economía local, de la mano de un mercado laboral aún robusto pero que empieza a mostrar mayor holgura. Por ejemplo, a través de un menor crecimiento de las remuneraciones reales.
A este contexto local se le suma un mundo desarrollado que se espera retome la senda del crecimiento -de hecho el Fondo Monetario Internacional aumentó sus perspectivas de crecimiento-, pese a algunos resultados mixtos en los últimos datos dados a conocer, y cuya inflación aún se mantiene a raya, lo que da para pensar que las políticas monetarias sumamente expansivas que han adoptado tomarán aún tiempo en ser retiradas.
Como contraparte la volatilidad y la salida de capitales, con la consiguiente depreciación de sus monedas, ha sido la tónica de las economías emergentes. En el caso chileno si bien la composición del déficit de cuenta corriente es más favorable que el de otras economía emergentes, al poseer un mayor componente de Inversión Extranjera Directa y Menos Cartera, de todas formas se ha sentido el cambio en el precio del dólar (y menos pero también en otras monedas), todo esto naturalmente de la mano de la reducción en la brecha de tasas entre Chile y EEUU.
Por otra parte, con los antecedentes expuestos, y considerando que las expectativas de inflación de los privados para los próximos 24 meses -por ejemplo reflejadas a través de la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) y la Encuesta de Operadores Financieros (EOF)- se encuentran ancladas en el centro del rango meta del central, es que el mercado anticipaba una rebaja en la tasa rectora. Más aun, los agentes anticipan otra rebaja de 0,25 pb dentro del año.
Investigador Programa Económico Libertad y Desarrollo