Desafíos para la educación
La formación de las nuevas generaciones ha sido, históricamente, una de las prioridades nacionales y regionales.
Con la entrada a clases de casi 79 mil escolares, la región de Los Ríos deja hoy atrás el verano y, para la mayoría de las familias locales, ahora comienzan las actividades normales del año. Así sucede prácticamente en todo el país. La actividad estudiantil divide el calendario comunitario, dando cuenta de la importancia social que tiene la educación para los chilenos: es la vía de preparación de las personas en la convivencia cívica y para la transmisión de valores; para la habilitación laboral de las futuras generaciones y una puerta de posible ascenso social.
Así visto el tema, se comprende la preocupación ciudadana constante, a lo largo de la historia nacional, por la capacitación de profesores, por la ampliación de la cobertura, la inclusión de niños y niñas en forma igualitaria, la enseñanza técnica, la infraestructura adecuada y la calidad de los contenidos que se imparten en las aulas.
En los años recientes, además, ha crecido la inquietud en torno al sistema escolar mixto público-privado existente desde hace tres décadas, pues registra una paulatina baja en cantidad de establecimientos municipales.
En Los Ríos han desaparecido, según los registros del ministerio de Educación, 83 colegios públicos desde 1992 y se han creado 127 nuevos colegios subvencionados, quedando actualmente el 50.3% del total de escolares de la región asistiendo al sistema particular, con una tendencia que crece. A nivel nacional, en 1981 (cuando comenzó la municipalización) el 78 % asistía a escuelas públicas; en la actualidad, solo lo hace el 37,5% del total del estudiantado.
Esta migración de alumnos se ha traducido en una baja en los recursos para la educación municipal, una disminución en el aprendizaje (medido en pruebas como Simce), desprestigio del sistema respecto de la calidad de la enseñanza que imparte (Cep, 2011) y la concentración de los hijos de las familias más vulnerables en el área pública, ahondando la segregación social, según todos los analistas del área.
Para la región y el país el desafío es, entonces, cómo disminuir esas brechas, garantizando calidad y respetando el derecho de las familias a elegir libremente.