La brújula y el reloj
...esos elementos son herramientas y no fines en sí mismos. Lo verdaderamente importante es lo que se haga con ellos para acortar brechas y abrir nuevos mundos...
Nos olvidamos muchas veces de algo tan esencial como son las personas que tenemos cerca
Cuanto era pequeño, recuerdo un verano haber hecho un reloj solar muy simple, que consistía en un palo que proyectaba su sombra sobre un dibujo según las horas del día. A medida que el verano pasó, las sombras se hicieron más largas y para cuando comenzó el otoño supe que mi reloj ya no funcionaba con precisión. Al verano siguiente volví a hacer el mismo reloj, sin embargo me di cuenta que no funcionaba en todas partes, requería saber dónde estaba el norte para orientarlo, así trabajé perfeccionando el que yo creía era un gran invento. Al final de ese verano descubrí que sabiendo el norte podía saber la hora, o sabiendo la hora podía orientarme hacia donde estaba el norte. Durante los meses siguientes perfeccione mi "reloj" o mi "brújula", y así durante todo el año pude saber la hora del día a partir de la proyección de la sombra.
Hace poco recordé este episodio preguntándome ¿por qué un cabro chico que sólo debiera estar preocupado de jugar y pasarlo bien, estaba preocupado de saber qué hora era, tenía alguna agenda que organizar? La verdad es que la curiosidad me motivaba. Hoy me doy cuenta que cuando luchamos por nuestro desarrollo profesional dedicamos un gran número de horas al trabajo para poder alcanzar las metas y desafíos. Cuando alcanzamos nuevas y más responsabilidad, seguimos dedicando tanto tiempo al trabajo que muchas veces nos olvidarnos de aspectos esenciales claves para nuestro equilibrio personal: que somos padres, pareja, hijo o hermano. Nos olvidamos muchas veces de algo tan esencial como son las personas que tenemos cerca.
Es frecuente que muchas veces nos dejamos absorber por el trabajo y "no tenemos tiempo para vivir", y a partir de agendas intentamos organizar nuestros papeles y nuestras actividades profesionales. Así intentamos gestionar el reloj. Hasta entonces creemos que está todo bien, pero olvidamos un aspecto clave en la gestión de nuestro tiempo: "la brújula", es decir, hacia dónde vamos. Y y cuando no son coherentes nuestro reloj y nuestra brújula, caemos en la sensación de que no somos dueños de nuestro tiempo.
No hay secretos para el éxito, pero lo cierto es debemos encontrar ese equilibrio entre todos aquellos factores que influyen en nuestra vida personal, laboral, intelectual, física y social. Un equilibrio entre lo que tenemos que hacer y lo que "queremos hacer".