Venganza y un crimen impune. Los dos conceptos sirven para entender uno de los tantos célebres relatos que escribió Edgar Allan Poe. En 1849, el autor estrenó "Hop frog", sobre un rey cruel, siniestro y adicto a las bromas que cae en manos de quien creía eran sus víctimas.
En su momento, el cuento fue publicado en las páginas del diario The Flag of Our Union de Boston. Y 165 años más tarde, se transformó en obra de teatro de la compañía Libélula con el nombre de "La mascarada".
El montaje fue presentado en el Windsor School con dos elementos fundamentales en la adaptación del texto: mujeres en escena y espectadores escolares. "A todas nos gustaba Poe y escogimos esta historia por la importancia de su personaje(...) nuestra adaptación es todo lo contrario al estilo del autor, que escribe en clave de terror y misterio. Lo nuestro es comedia", explica Consuelo Zerené.
La actriz valdiviana interpreta al "Hop frog" (bufón de la historia original) y es parte del elenco junto a Cindy Maturana (La reina) y Claudia Bazán (tripeta), todas son profesionales de la Universidad del Desarrollo y la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
En escena trabajan con la directora del montaje Patricia Tejos, quien había montado "La máscara de la muerte roja", también de Poe y la cellista Roberta Lazo de la Universidad Católica. La obra tiene una duración aproximada de 50 minutos.
La construcción de "La mascarada" partió el año pasado en base a la comedia del arte italiana y el teatro popular de mediados del Siglo XVI. Con máscaras y exacerbado lenguaje corporal, el trío de actrices apuesta por llegar a audiencias escolares. Zerené, aclara: "Los personajes de la comedia del arte también son algo grotescos y por ello, suavizamos un poco eso. En la adaptación final, el texto sigue siendo el mismo, la historia no cambia. Lo que cambia es la forma en que mostramos los acontecimientos significativos de la obra como por ejemplo la muerte".
Y agrega: "Al principio pensamos en hacer la obra para adultos, pero no salió esta función en Valdivia, para el colegio, y cambiamos la adaptación para otro tipo de público. Siempre nos pareció más importante estrenar acá, que hacerlo en Santiago".
Para la actriz local, traer el montaje significó reencontrarse con parte de su formación artística escolar, ya que alumnos del taller de teatro del Windsor School también participaron en el montaje en papeles secundarios.
El grupo es dirigido por Bruno Wersikowsky, que también fue profesor de Consuelo Zerené durante sus años de estudiante del Instituto Alemán.