Desde marzo de 2013, Valdivia cuenta con una ordenanza municipal que dispone el soterramiento de cables, para mejorar la imagen de la ciudad y responder a la inquietud comunitaria sobre este tema. Sin embargo, a más de un año de aquella determinación, anunciada en conjunto con el ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, no se registran grandes avances.
Aparte de los esfuerzos realizados en la Avenida Pedro Aguirre Cerda; en los demás puntos de la capital regional el problema continúa sin variaciones, con los postes repletos por las líneas de telefonía, televisión, internet y otras muchas vías ya en desuso, puestas por empresas particulares y nunca retiradas. O sea, no se trata solo de cables eléctricos, aunque muchas veces la crítica -por desinformación- vaya dirigida únicamente hacia Saesa, responsable por el suministro de energía en la ciudad. Es más, esa entidad anunció hace algunos meses que se sumaría a la cruzada municipal para el despeje de los cables, pero no es la única institución que debe reaccionar.
Un proyecto de ley espera desde 2008 para ser aprobado en el Congreso y entre los antecedentes que aporta, señala que en Chile existen 2,5 millones de postes y 168 mil kilómetros de tendido; menos del 2% de ese total está actualmente soterrado y el costo de hacerlo con el 98% restante, supera los 35 mil millones de dólares.
Esa altísima inversión y la poca claridad respecto de quién debe asumirla, son una traba que dificulta llegar a una solución, sin traspasar costos a los usuarios.
Algunas opiniones señalan que lo mejor sería dejar los cables actuales como están y preocuparse de que los nuevos tendidos sean todos bajo tierra. Así, el costo disminuiría, porque se incorporaría a los proyectos originales de todas las obras. Parece una salida salomónica, pero no es la más ajustada a una realidad como la de Valdivia, cuyo casco histórico y áreas turísticas urbanas se ven afectadas por esta contaminación visual.
A nivel local, claramente, se debe hacer cumplir la ordenanza y obligar a las empresas dueñas de los cables, para que saquen de los postes aquellos materiales que ya no usan.