El documento 'Patrimonio e Identidad del Centro de Valdivia: Propuesta CChC para el Ordenamiento de Fachadas', que fue dado a conocer durante la semana pasada, entrega una evaluación sobre el centro valdiviano, que es evidente para muchos: se encuentra en una situación paupérrima, con edificios muy abandonados, abundancia de sitios eriazos, suciedad, exceso de postes en desuso, aparte de desorden en los estilos arquitectónicos utilizados.

En el texto se reconocen solo dos virtudes del sector (el patrimonio alemán y las áreas verdes), frente a 18 falencias bautizadas como 'patologías' o problemas serios que es necesario corregir, si se quiere un desarrollo urbano de verdad sustentable, amigable y a escala humana, de una ciudad que tiene un enorme potencial turístico y que debe estar a la altura de la designación como Capital Cultural de América 2016, que acaba de recibir.

Se trata de un diagnóstico compartido y conocido, también analizado profusamente; pero que ahora por primera vez es plasmado en un informe claro, realizado por la delegación local de la Cámara Chilena de la Construcción, la Municipalidad de Valdivia y la Universidad Austral de Chile; el cual deberá traducirse en acciones.

Es de esperar, entonces, que con esta información disponible, exista la voluntad política para generar y hacer cumplir las ordenanzas que mejoren el área definida entre Avenida Alemania, por el Norte; Carampangue y Walter Schmidt, por el Oriente; Yerbas Buenas, por el Sur, siguiendo por Pérez Rosales hasta San Carlos; y Yungay, por el Poniente. Además, del paseo peatonal de calle Libertad.

Por otra parte, es necesario que estas apreciaciones se complementen con otras, como las sugerencias entregadas por Marcial Echenique hace algunos años, cuando se hablaba incluso de convertir el centro en un gran espacio caminable.

Obviamente, no se trata de una tarea a corto aliento. Al contrario, es necesario definir lineamientos de largo plazo y tener la fuerza para aplicarlos, sobre todo para el soterramiento de cables y el retiro de letreros, que pueden ser dos primeras medidas, para poner en práctica rápidamente.

Uno de los aspectos que pueden hacer de la Región de Los Ríos un modelo a imitar por otras regiones, es la incorporación activa de la ciudadanía en el proceso de toma de decisiones, acerca de la inversión local.

Se trata de una medida que involucra el reconocimiento de la capacidad ciudadana para emitir una opinión colectiva en relación con los proyectos e iniciativas que considera más pertinentes y relevantes para su territorio. Adicionalmente -y esto es lo más importante- implica una pérdida de poder por parte de las autoridades, parte del cual se transfiere a la ciudadanía, para hacerlos partícipes de las decisiones.

En el Gobierno de la Presidenta Bachelet tenemos el convencimiento y el compromiso de avanzar de manera decidida en la incorporación de procedimientos innovadores de participación ciudadana. Particularmente en Los Ríos, en el marco de este gran desafío que nos hemos planteado, de avanzar hacia ser una Región Modelo, propusimos al Consejo Regional aprobar un nuevo reglamento para la distribución y ejecución de los recursos de Fondo Regional de Inversión Local (FRIL), instrumento financiero orientado a financiar proyectos de infraestructura menor, que permitan mejorar la calidad de vida de la población de las comunas de la Región de Los Ríos, tanto del sector urbano como rural.

En este nuevo reglamento, propusimos una innovación radical y única en Chile: establecer como obligatorio que una parte de este recursos, el 30%, sea sometida a un proceso de participación ciudadana para que la comunidad decida en qué se utilizará.

De esta forma, Los Ríos es la primera región que, mediante un reglamento regional, abre la puerta a la instalación de los presupuestos participativos de manera institucionalizada, para compartir del poder de decisión entre el Estado y la ciudadanía. Este logro será uno de los hitos de la Región Modelo que todos aspiramos a construir.