Durante tres meses Javier Soto se dedicó a recorrer Valdivia en bicicleta. La ruta fueron algunas calles céntricas y principalmente la periferia de la ciudad. El objetivo: fotografiar situaciones cotidianas, objetos y construcciones que definen el lado común y corriente de la capital regional y que no son precisamente postales de promoción turística. Desde un refrigerador flotando en el río, hasta las curiosidades que se comercializan en las ferias libres y un perro que recorre las calles con una pequeña botella de Coca Cola colgando del cuello. El lente del autor no discrimina y con ello concreta una propuesta de descubrir situaciones banales, pero valiosas. 'Fue buscar experiencias estéticas fuera de las obras de arte. Siempre me han interesado las cosas que pueden tener una lectura estética, pero que no necesariamente son arte(...) es casi un juego para descubrir en lo cotidiano cosas que realmente son valorables', explica.
Javier Soto es egresado de Licenciatura en Artes Visuales Uach con mención en gráfica y 'Óptimo' es un proyecto editorial financiado con recursos del Fondart Regional.
El libro considera 29 fotografías en color y seis bocetos, como guiño personal al perfil de dibujante del responsable del proyecto. 'El croquis captura la información de una manera distinta y te permite exponer mejor algunas cosas, más que otras', dice.
Cada imagen es acompañada por una breve reflexión en la que el autor explica en parte el propósito de considerarla como parte de la colección. 'Los textos tienen algo irónico sobre lo que implican los objetos fotografiados. Aunque no hay categorías, opté por darle cierta continuidad a las fotografías', dice. Y ejemplifica con las palabras que acompañan la imagen de la parroquia La Merced: 'No es muy común que se edifique la casa de Dios con latas de zinc como si se tratase de un galpón posmoderno; según gente del sector es consecuencia del siniestro que años atrás tuvo lugar allí. La precariedad asociada a dicho material contrasta con las usuales fachadas fastuosas propias de la cultura católica, donde se pretende ilustrar la gloria divina por medio de la arquitectura. Pese a ello es una situación que causa bastante extrañeza'.
El libro fue estrenado el año pasado. Hasta la fecha el propio autor se ha encargado de distribuirlo según intereses personales: 'La distribución de mano en mano ha sido más efectiva, tengo un tipo de público más definido. Prefiero eso a dejar copias del libro en bibliotecas donde tal vez nunca lo van a leer'.