Formación orientada a las competencias
Una formación orientada al desarrollo de competencias y la búsqueda de aprendizajes significativos son claves para la formación integral en el mundo actual.
Formar personas con un nivel de preparación profesional, valórica y actitudinal que les permita desempeñarse con integridad, eficiencia, creatividad y responsabilidad social, contribuyendo al desarrollo de su familia y comunidad, aportando así a la cultura y generación de nuevos conocimientos es el desafío que nos hemos impuesto muchas instituciones de educación superior.
Es así que debemos ser capaces de generar y fomentar conocimientos disciplinares, con una visión renovada e integral, mediante mallas curriculares actualizadas orientadas al desarrollo de competencias, y con la incorporación de tecnología de punta y un lenguaje común entre la academia y el mundo laboral.
Para lograrlo, es clave este período donde los estudiantes adquirirán los aprendizajes significativos que los formarán para un buen desempeño de su profesión. Esto les permitirá a los egresados ajustarse a las nuevas tendencias y desafíos que les presentará el mercado, conjugando mente y corazón.
Se requiere, por lo tanto, que los futuros profesionales posean competencias orientadas al desarrollo de habilidades sociales y capacidades comunicativas, de trabajo en equipo, flexibilidad, liderazgo, gestión, innovación, emprendimiento, así como ser capaces de tomar decisiones, que le permitan adaptarse a los rápidos y vertiginosos cambios que se producen en nuestra sociedad actual.
Resulta entonces decisivo, la vinculación de las instituciones de educación superior con el medio, a través de alianzas estratégicas con el mundo público privado que permitan generar espacios de aprendizajes significativos para los estudiantes, donde puedan desarrollar al máximo sus potencialidades. Para ello, se deben propiciar, los nexos para que puedan realizar sus prácticas laborales en puestos de trabajo reales que les permitan adquirir conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para su desarrollo profesional, que perdurarán a lo largo de toda la vida.
Para las Universidades Santo Tomás es de suma importancia contar con un modelo de formación orientado al desarrollo de competencias y programas flexibles, de apoyo académico, y con mayor acercamiento a la situación real del mundo del trabajo.