Iglesia de Inglaterra aprueba ordenación de mujeres como obispos
Religión. La histórica decisión se produce tras años de intensos debates.
La Iglesia de Inglaterra dio ayer luz verde a la ordenación de obispas por primera vez en su historia tras años de intensos debates internos y amagos fallidos para que la mujer acceda al episcopado.
Tras una reunión previa de cinco horas celebrada en York, al norte de Inglaterra, el Sínodo General de los anglicanos obtuvo el respaldo de las tres cámaras que conforman el órgano ejecutivo de la Iglesia anglicana: obispos, clérigos y laicos.
De ellas, entre los obispos se obtuvieron 37 votos a favor de la propuesta, frente a 2 en contra y 1 abstención; entre los clérigos, los sufragios favorables fueron 162 frente a 25 en contra y 4 abstenciones, mientras que el voto de los laicos, considerado crucial, se falló con 152 papeletas favorables, 45 en contra y 5 abstenciones.
El histórico desenlace da la vuelta a siglos de tradición en el seno de una Iglesia que ha sufrido profundas divisiones a consecuencia de un asunto considerado controvertido.
El anuncio fue acogido entre los congregados con vítores y algunos aplausos, pese a que el arzobispo de York, John Sentamu, había instado a los miembros del Sínodo a expresar su reacción con 'sensibilidad y contención'.
El viceprimer ministro británico y líder del Partido Liberal Demócrata, Nick Clegg, expresó su satisfacción ante el resultado.
La aprobación se trasladará ahora al Comité eclesiástico del Parlamento y a sus dos Cámaras, mientras que el Sínodo General volverá a reunirse el 17 de noviembre para emitir una declaración formal que estipula que las mujeres pueden ser obispas.
Un intento previo por lograr la consagración de obispas fue bloqueado hace 18 meses cuando el Sínodo general rechazó en noviembre de 2012 por seis votos aprobar esa legislación tras años de discrepancias entre el sector conservador y el reformista. Aquel rechazo originó sorpresa así como tensas fricciones en el seno de la comunión anglicana, al tiempo que el entonces arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, lamentaba que la Iglesia anglicana hubiera 'perdido credibilidad'.