En tiempos de desconfianza con las autoridades y las instituciones -como señalan las encuestas- la decisión del alcalde de Panguipulli de cumplir una promesa a la comunidad de Puerto Pirehueico, llama la atención y resulta positiva. En 2013, René Aravena aseguró a los vecinos que les entregaría un vehículo para enfrentar la falta de ambulancia en el sector y, en vista de que pasan los meses y ese móvil estatal no llega; él les llevó su automóvil particular, para realizar traslados de emergencia hacia el hospital de San Martín de Los Andes, en Argentina.

Buena decisión y simpática noticia. Bien por el edil, que cumple sus compromisos; pero más allá de la anécdota, el hecho pone al descubierto la lentitud del sistema público para responder a las necesidades de la población. En este caso, los vecinos de la localidad pueden llevar a sus enfermos hasta Argentina, porque hay un convenio binacional que así lo facilita, considerando la lejanía de esa localidad con Panguipulli y con Valdivia. Sin embargo, para llegar necesitan una ambulancia adecuada y no la tienen. Hicieron protestas para exigir ésta y otras mejoras; les prometieron soluciones, pero todavía esperan.

El alcalde Aravena arregló el problema momentáneamente con sus recursos propios, pero la verdad es que algo está fallando a nivel gubernamental. No hubo respuestas efectivas en la administración anterior; ni tampoco en la actual.

La senadora Ena von Baer recordó ayer que el 26 de junio pasado solicitó a nivel regional la priorización de recursos para la adquisición de una ambulancia o un vehículo de emergencia para la localidad y que la gestión fue realizada también a nivel nacional el 9 de julio, pero aún no obtiene retorno a su petición.

Desde las autoridades se señala que el trámite está 'en proceso'. Y se entiende la explicación, pero claramente los tiempos fiscales son distintos a la realidad cotidiana de la gente.

Este tipo de situaciones son una ventana para observar las desigualdades que existen dentro del territorio de Los Ríos y que, claramente, es preciso corregir entre todos, si la meta es convertirse en una región modelo.

En un seminario en el que participaron vecinos, autoridades locales, parlamentarios y académicos tuve la oportunidad de dar inicio a la elaboración del Anteproyecto del Plan de Descontaminación de Valdivia. Este plan, que forma parte de la Estrategia Nacional de Descontaminación 2014-2018 presentada por la Presidenta Michelle Bachelet, lo queremos desarrollar con una amplia participación de la comunidad, buscando acuerdos y también compromisos.

Acuerdos porque queremos planes participativos, y compromisos porque es necesario un esfuerzo conjunto de toda la comunidad y de las autoridades para enfrentar un problema que representa el principal peligro ambiental de nuestro país. La declaratoria de zona saturada obedece a que la estación de medición ubicada en el parque Kramer determinó que las concentraciones diarias de MP10 y MP2,5, así como la concentración anual de la primera, están por sobre la norma en los últimos años. Esto implica un grave riesgo para la salud de la población, que requiere de una urgente toma de conciencia y de medidas. Gran parte de la contaminación de Valdivia, al igual que en la totalidad de las ciudades del sur del país, proviene de la combustión de leña residencial. Eso implica que prácticamente cada una de las viviendas de la ciudad es partícipe del problema.

Necesitamos buscar alternativas de combustible menos contaminantes, mejorar la eficiencia energética de las viviendas, impulsar con mayor fuerza la certificación de leña y su oferta, para hacerla más accesible. También avanzar en medidas estructurales, tanto para la ciudad como para las actividades industriales, una tarea que será multisectorial y que requerirá también el apoyo de las autoridades comunales.

El seminario fue un ejemplo del trabajo conjunto al que aspiramos en esta gestión. Las juntas de vecinos agradecieron la oportunidad de poder ser escuchados y tener respuestas a sus dudas, la Universidad Austral ofreció el aporte de su experiencia en el ámbito académico y científico, y la industria también comprometió su participación.

Al término de estos cuatro años, queremos saldar una deuda histórica con el sur de Chile: mejorar la calidad del aire con planes efectivos y con medidas estructurales para ir hacia una matriz de calefacción más limpia y eficiente. Ahora, en Valdivia, estamos dando el primer paso para ello.