Nuestra ciudad aún enfrenta múltiples desafíos para transformarse en capital regional, es decir, ser la ciudad de todos los habitantes de nuestra región. Sabido es que las administraciones municipales, incluyendo la actual, no han hecho sino conducir inercialmente el desarrollo económico que el país ha vivido en las últimas décadas; perdiendo así la oportunidad de dar un impulso orientado a transformar las singularidades que la caracterizan, en ventajas.
En mi opinión, la ciudad de Valdivia, en su proceso histórico de conformación y desarrollo ha estado desconectada de los procesos en el resto del territorio regional. También resulta evidente, y no menos sorprendente, el hecho de que el desarrollo urbanístico que ha tenido el casco histórico de Valdivia, incluyendo la Isla Teja y algunos barrios más modernos, esté hasta hoy claramente desvinculado de la realidad que se vive en los barrios y otras localidades, tanto de la costa como del campo. Para corroborar esta apreciación es suficiente un recorrido por la periferia urbana de la ciudad: barrios empobrecidos, con mala calidad de los servicios públicos esenciales, precarios o inexistentes espacios públicos para la recreación, pavimentos urbanos dañados o inexistentes. Es necesario y urgente elaborar un Plan Maestro de Desarrollo Urbano con un horizonte de 20 años, cuyo propósito debe ser: ejecutar obras que integren el casco urbano con la periferia y permitan la creación de áreas peatonales, vincular la ciudad con el río y la costa integralmente, ciclovías, incorporación de factores de sustentabilidad ecológica y vida sana, incremento de áreas verdes.
Debemos de una vez por todas incorporar la creación de un seccional céntrico que logre ordenar fachadas, letreros, Marquesinas y poder dar vigor a nuestra Ordenanza para el soterramiento de cables, asimismo requerimos regular la construcción de estacionamientos y la edificación de altura y un eficaz programa de resguardo del patrimonio cultural y arquitectónico de una ciudad multicultural.
Transformar a Valdivia en una capital regional del siglo 21, es posible, existen los liderazgos políticos y sociales para sostener el consenso en torno a la ciudad del futuro: la Presidenta Bachelet comprometida con la región modelo, el senador de Urresti como expresión del regionalismo, el intendente Montecinos experto y entusiasta regionalista y, sobre todo, dirigentes sociales activos y empoderados.