Familiares, amigos y compañeros de curso dieron ayer el último adiós a Sabino Eliecer Palma Espinoza (42) y su hijo Sebastián Palma Barría (5), quienes fallecieron en el trágico accidente de tránsito ocurrido la noche del viernes en el puente Iñaque, en la comuna de Máfil.
El hecho ocurrió pasadas las 22.30 horas, cuando el padre conducía su vehículo entre Valdivia y Villarrica y a la altura del puente perdió el control del volante cayendo a las aguas del río del mismo nombre. El cuerpo del comerciante fue rescatado esa misma noche, lo mismo que Pedro Miguel Aguilar Torres, de 51 años, el otro ocupante del automóvil y único sobreviviente, mientras que el pequeño Sebastián fue sacado del agua el sábado, a más de tres kilómetros aguas abajo del sitio del suceso.
Sus cuerpos fueron velados en la Iglesia Evangélica Misión Cristiana Apostólica, ubicada en calle Simpson N° 285, esquina Ecuador. En dicho lugar, a las 13.30 horas se realizó un culto fúnebre encabezado por el tío de Sabino, el pastor Dagoberto Palma, quien aseguró que a pesar que no ser miembros activos de la iglesia, si creían en Dios. 'El era una gran persona y tenía el aprecio de muchos. Y yo en lo personal, he recibido el apoyo de mi comunidad, no como pastor, sino como cualquier persona que hay que socorrer en una situación tal dolorosa como esta', dijo el religioso.
Por su parte, el hijo mayor de Sabino Palma, Enzo, agradeció el apoyo que le han brindado sus compañeros de 2° medio del Liceo Industrial. 'Llegó mucha gente. Es una situación difícil, especialmente para mi madre. Mi hermano cursaba kínder en la Escuela de Francia y sus compañeros y profesores también llegaron y eso se agradece porque se nos fue un angelito', dijo el joven.
Igualmente, la sobrina de la víctima, Yoselin Silva, señaló que 'sinceramente estamos muy agradecidos de las personas que nos han acompañado en este momento tan duro. A todos le damos las gracias, pues nadie está libre de pasar por una situación con esta. Lo único que podemos esperar ahora es resignación y fuerza para esta etapa de la vida'.
Después del culto, salió el cortejo fúnebre en dirección al Cementerio Municipal donde llegaron cerca de 300 personas a dar el último adiós los malogrados padre e hijo.