Amenazas para zonas rurales
Un interesante trabajo es el que llevan adelante la empresa Arauco y Cerefas de la Uach con las comunidades cercanas al Parque Oncol, para orientarlas en conductas hacia la conservación de flora y fauna, pero también para que puedan llevar adelante sus tareas cotidianas de una manera conveniente para sus economías familiares.
En particular resulta importante la labor para mantener el ganado ovino, sabiendo de la constante amenaza y presión de depredadores silvestres, que merman los animales, causando un grave daño patrimonial a los campesinos que viven en las cercanías del área protegida y quienes, por lo mismo, han optado por no llevar adelante medidas de exterminio contra los carnívoros que los amenazan, para no alterar el equilibrio ecológico del lugar al matar pumas, rapaces o zorros.
Sin embargo, esa elección tiene un costo alto para ellos. Y es necesario que reciban ayuda para protegerse de maneras diferentes a las habituales.
Por otra parte tienen un problema severo con los perros asilvestrados. Es decir, mascotas abandonadas en las cercanías del Parque, que han formado jaurías y viven en un estado salvaje, atacando tanto al ganado como a animales nativos como el pudú. De hecho estos canes constituyen la principal amenaza para el ciervo chileno tanto en esa zona, como en la de la Reserva Costera Valdiviana.
Esta arista del problema con los perros vagos se ha nombrado en varias ocasiones, pero son pocas las acciones concretas que se realizan para lograr un efectivo control de ellos en los campos, donde se ve que las campañas por tenencia responsable no surten efecto alguno. Al contrario, desde las ciudades van personas a dejar cachorros en esos sectores, sin preocuparse de esterilizarlos y sin darse cuenta de la proyección del daño que están causando al permitir la presencia de un animal extraño en ese hábitat.
Al constatar esta realidad, se hace evidente que no solo es necesaria una campaña con los vecinos afectados, sino intensificar la educación ciudadana urbana respecto del problema, haciendo más visibles sus nefastas consecuencias para espacios de equilibrio natural siempre en riesgo.