"Muchos lo han dicho, pero es una realidad. El Estado es un muy mal empleador". Con estas palabras define Nancy Silva Guerrero, presidenta regional de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (Anef), la situación que ella y sus colegas viven diariamente y que -asegura- los obliga a movilizarse para pedir solución a demandas históricas.
Nancy Silva es valdiviana, se crió en una familia numerosa en el barrio de Huachocopihue. Y aunque ahora vive junto a su hijo Fernando, en el sector de Collico, afirma que cada vez que puede vuelve a su casa de la infancia, para hacer vida familiar junto a su madre y sus hermanos.
Hija de Gilberto Silva, comerciante, fallecido cuando ella aún era muy joven, y de Herminia Guerrero, dueña de casa que al quedar viuda debió tomar las riendas de la familia y del negocio, cuenta que la suya fue una infancia feliz junto a sus hermanos y vecinos.
Sobre su padre recuerda que "vengo de una familia de nueve hermanos, ahora quedamos ocho. Mi padre trabajaba en el comercio, fue un hombre que murió muy joven, pero que siempre fue muy preocupado de su familia. Tengo los mejores recuerdos de él, porque compartía mucho con nosotros, siempre fue muy presente. Jugaba con nosotros en el patio de la casa al fútbol y al básquetbol y eso nos ha dejado un muy lindo recuerdo de la casa y del barrio de Huachocopihue. Éramos muy apatotados con un grupo bastante grande".
¿De su madre qué recuerdos le quedan hasta hoy?
-Ella salió a trabajar luego de la muerte de mi padre. Tuvo bastantes dificultades. Pasó a ser padre y madre para nosotros. Sacó adelante a todos sus hijos, la mayoría con títulos universitarios. Fue un ejemplo para nosotros por todo lo que nos dio tanto como madre y padre, como en el rol de proveedora. Ahora es una muy buena abuela, regalona, y cariñosa con sus nietos.
¿Ha sido difícil su rol como madre debido al trabajo y a sus responsabilidades como dirigenta sindical?
-Mi hijo reclama a veces el hecho de que el trabajo sindical es de mucha responsabilidad y de mucho tiempo, y ahí uno sacrifica muchas cosas, incluida la familia. Pero a pesar de eso hacemos mucha vida familiar y todavía llegamos nosotros los domingos a la casa de mi madre en Huachocopihue a compartir con ella y con mis hermanos. Eso no lo hemos perdido, se sigue manteniendo incluso con mis hermanos que viven fuera y que vienen cada vez que pueden a regalonear con la mamá.
funcionaria
¿Cómo llega a trabajar como empleada pública?
-Yo empecé a trabajar en el Servicio de Bienestar del Ministerio de Educación. Entré en 1982 a realizar mi práctica profesional y me quedé. Con el paso de los años llegué a hacerme cargo del servicio, como jefa en Valdivia, y ahí fueron mis primeras incursiones en la parte sindical plenamente tal. Siempre tuve esa inquietud de participar en temas sociales, desde el colegio fui presidente y secretaria de los estudiantes del Instituto Comercial, donde hice mi enseñanza media.
En la Universidad Austral entré a estudiar en 1987, en plena época de dictadura con una situación bastante difícil para muchos de nuestros compañeros. Allí trabajé, pero de forma secreta, porque era una época peligrosa, traté de centrarme en estudiar.
¿Cuál es su orientación política?
-Soy militante socialista, trabajé con bastante fuerza en la campaña del No y sigo como parte activa del partido. Además de la pasión sindical, abrazo la ideología socialista.
en la anef
¿Y cómo llega a la Asociación Nacional de Empleados Fiscales?
-Luego de trabajar por muchos años en el Servicio de Bienestar del Ministerio de Educación, la oficina se cerró en 2006 acá en Valdivia y me quedé sin trabajo.
Fue un período largo, estuve un año y medio sin trabajo, pero en 2008 ingresé al Servicios de Vivienda y Urbanización (Serviu) y en 2009 ya estaba como dirigenta.
Trabajé bastante y en 2011, cuando hubo elecciones, pasé a postularme y como recién venía a hacerme conocida pensé que no me iba a ir tan bien y al final la gané. Para mi fue toda una sorpresa el apoyo que tuve. Antes de eso nos tocó trabajar en un momento muy difícil con el cambio de Gobierno, que hizo un proceso muy drástico de despido de gente en la región al asumir.
El trabajo como dirigenta sindical significó bastante trabajo y a veces ganas de tirar la toalla, pero había una responsabilidad más grande y en eso me ayudó mucho el resto de los miembros del directorio que trabajaron muy duro.
Hace poco fui reelecta, con una muy buena votación. Por eso tengo un compromiso y el convencimiento que los dirigentes tenemos un trabajo de lunes a lunes y de las 24 horas del día. Aquí no hay dirigentes que terminen al salir del trabajo y uno se tiene que hacer el tiempo para cumplir con el compromiso de representar a los trabajadores.
¿Hoy en día cuáles son los principales problemas que tienen los empleados fiscales?
-La estabilidad laboral y el trabajo decente. Más del 60% de los trabajadores estamos a contrata y el estatuto administrativo dice que el 80% debe ser de planta. Y lo que hay hoy en día es una falencia en cuanto a estabilidad laboral y los contratos todos los años deben ser revisados y el 30 de noviembre estamos a la expectativa de si vamos a tener trabajo el próximo año.
En 2010 se sacaron a 11 mil funcionarios y ahí nos dimos cuenta de lo frágil que era nuestro trabajo. De hecho, ni siquiera deben avisarnos si no se nos va a renovar el contrato y eso nunca fue una preocupación, hasta que pasó lo que pasó. Ahora estamos en un proceso de demandas históricas: Estabilidad Laboral, Trabajo Decente, Previsión Social, Indemnización por año de Servicio e Incentivo al Retiro.
Si un funcionario se va después de 20 años de servicio se va sin nada, con suerte con el mes de sueldo, si es que le corresponde, y ni las gracias y mucha gente deja su vida en el escritorio y en el puesto de trabajo.
De verdad los trabajadores merecen tener un trabajo digno, nosotros somos los que transmitimos las políticas y programas del Gobierno.
¿Cómo se toman las críticas que reciben de parte de los usuarios cuando paralizan sus funciones?
- Creo que hay un gran desconocimiento dentro de la ciudadanía de lo que es el funcionario público, de la labor que cumplimos y de las condiciones de trabajo que tenemos. Nosotros acá como región nueva estamos en muy malas condiciones, porque las mismas oficinas que han sido implementadas nuevamente a contar de la creación de la región, cuentan con los mismos espacios que tenían cuando eran oficinas provinciales. Entonces, en ese sentido, el hacinamiento que hay dentro de los servicios públicos es tremendo. Donde antes trabajaban 20 personas hoy lo hacen 100 y son los mismos espacios y eso hace tener un clima laboral poco favorable y eso se traspasa a la atención al público, y el funcionario debe atender bien y entregar un buen desempeño porque nosotros nos debemos a los ciudadanos, somos la cara y los ejecutantes de los programas de Gobierno, independientemente de quien esté en La Moneda, porque somos funcionarios del Estado y tenemos un compromiso con el servicio público.
¿Cómo calificaría al Estado como empleador?
El Estado es un mal empleador, en todas partes se dice eso, pero creo que es verdad. En todo caso a la gente que le gusta el servicio público, entre las que yo me cuento hacemos nuestra labor con cariño.
vida política
Militante socialista, con trayectoria en el mundo sindical. ¿Se ha planteado en el futuro seguir la carrera política?
-Yo soy trabajadora del Estado, me gusta la función pública, me gusta mi trabajo, no sé si en algunos años más voy a pensar igual cuando me saquen del servicio o tenga que jubilar, pero en estos momentos no me planteo todavía algo como tirarme a la política.
Sólo lo he dicho de broma algunas veces con mis compañeros dirigentes, pero por ahora no pasa a ser más que eso, una broma. Mi compromiso firme es con el servicio público y los empleados fiscales.