Desaparecer de uno mismo
Daniel
Carrillo
Cómo un redactor de notas necrológicas de no más de una docena de líneas, que está a punto de casarse, puede convertirse en un hombre que duda, que sospecha de la realidad, que a ratos deja de hacer la distinción entre tiempo y espacio, y que cree que es posible la existencia de mundos paralelos en donde él es otro y ha tomado caminos diferentes, otras decisiones y otras renuncias. Cómo, a fin de cuentas, un reportero relegado a la sombra de la muerte y el olvido en el rincón más ínfimo de la página de un diario, resignado a los ritos y suertes que le impone la vida, un día termina por reconocerse a sí mismo en la revelación del significado que tiene dejarlo todo atrás y desaparecer.
La respuesta: recibiendo un encargo a simple vista descabellado, absurdo, y brutalmente secundario. ¿Cuál? Ir tras los pasos de un eminente físico desaparecido medio siglo atrás en Italia, con el objetivo de desentrañar su misterio, atar los cabos que aún no hayan sido borrados por el tiempo y reconstruir parte de su historia para un periódico español que tiene esa pauta como premio de consuelo, ya que su periodista estrella se encuentra en Suiza, a la expectativa de un descubrimiento científico que promete ser histórico e inundar portadas.
De este aparente capricho periodístico, nacido eso sí de un editor con un olfato infalible, comienza a desenredarse la trama de "A propósito de Majorana" (Random House, 2014), la última novela de Javier Argüello, periodista y escritor argentino, residente en España y nacido en Chile.
Contada como si efectivamente existiera un universo paralelo, la narración se mueve hacia atrás y adelante, hacia el norte y el sur. Intercala la travesía que el protagonista, el reportero argentino Ernesto Aguiar, emprende en barco desde Barcelona a Nápoles, acompañado por un amigo de infancia, el gringo Ross, a quien encuentra casualmente en el puerto; con la investigación que realiza ya una vez en su destino, al cual llega a duras penas tras naufragar luego de que Ross desapareciera.
Una suerte parecida a la del objeto de su búsqueda: el enigmático científico Ettore Majorana, de cuyas teorías Aguiar extraerá un par de lecciones para la vida.