María Elvira Riquelme Aguilera es hija del Ranco. Nació en el sector El Serrucho, junto a la localidad de Nontuelá, comuna de Futrono, en 1954. El carácter emprendedor y laborioso que hoy exhibe seguramente lo obtuvo allá en su infancia, nutriéndose del ejemplo de sus padres, Bruno Riquelme Carrillo y Clementina Aguilera Sepúlveda. Vio a su padre fabricar cecinas, longanizas, prietas y varios otros productos, pero de él no recibió ninguna lección: "Nunca quiso enseñarnos lo que hacía", cuenta.
A pesar de ello, andando los años, fue acercándose progresiva y definitivamente al rubro de la carnicería, que hoy ejerce con mucho éxito gracias a su firma "Comercial Llancahue", cuya fábrica se ubica en avenida Ecuador 2311 y su local de ventas, en calle Yungay 524.
¿Cómo comenzó usted a vincularse con el mundo de las carnes?
Bueno, se puede decir que llevo 30 años trabajando en carnicería, habiendo empezado sola a hacer cecinas en mi casa, cuando vivía en La Unión. Mi marido trabajaba en la Iansa y yo era dueña de casa y criaba a mis hijas; pero como el sueldo de mi marido era bajo y no alcanzaba para todos los gastos del hogar, me puse a trabajar con un señor de apellido Mautz. Con él aprendí a fabricar cecinas; y como me fijé que ganaba plata y que era un negocio rentable, luego de cinco años me retiré y me dediqué a hacer cecinas en mi casa.
¿Fue muy dura esa etapa de independizarse?
Fue sacrificada, porque como hacía prietas viajaba de La Unión a Río Bueno en micro, para ir al matadero. Allí me vendían o me regalaban sangre, que yo cargaba en bidones hasta llegar a la micro. Una vez en mi casa, me dedicaba a hacer los aliños y llenaba las prietas. Eso sí, me quedaban súper ricas, como siempre me han quedado.
Después de toda esa faena, iba a ofrecer mis productos a mis vecinos y mis conocidos, puerta a puerta; y también a Colun. Todos me compraban.
¿Cuánto tiempo estuvo trabajando de esa manera?
Fueron como tres años. Después me fui a Los Lagos, donde viví unos cinco años y trabajé en un supermercado.
¿Dejó de fabricar cecinas allí?
Sí, porque allá no tenía la comodidad necesaria para hacerlas y tampoco disponía de máquinas.
¿Cuándo se mudó a Valdivia?
Después de vivir como cinco años en Los Lagos, nos vinimos con mi familia a Valdivia. Estuvimos hartos años viviendo en calle Aníbal Pinto y ahí empezamos a trabajar "a la mala", podría decirse.
¿A qué se refiere usted con trabajar "a la mala"?
Porque no contábamos con la patente municipal y tampoco teníamos la autorización sanitaria.
¿Cuándo obtuvieron los permisos finalmente?
Hacia el año 2000 sacamos la patente, tuvimos una fábrica chiquitita en un local que arrendábamos. Salimos de ahí y nos trasladamos a avenida Ecuador.
Aquí compramos unas máquinas y nos las robaron; quedamos de brazos cruzados por un tiempo.
¿Cuándo surge Comercial Llancahue?
Nace cuando estuvimos trabajando en Llancahue, en la salida sur de Valdivia. En Las Gaviotas había un recinto donde ahumaban carne y ése era un fogón. Lo arrendamos y ahí empezamos a hacer cecinas y a meternos en los supermercados. Después de cinco años, nos fuimos a la esquina de Argentina con Holzapfel. Finalmente, en 2005 me hice cargo totalmente de la fábrica. Ahí empecé en Ecuador. Al año siguiente compré el local en calle Yungay.
¿Qué ha significado para usted trabajar en carnicería?
Yo encuentro que es algo espectacular y me encanta. Actualmente, este local lo tengo encargado a mi hija Paola.
¿Qué puedo decir? Es lo más lindo que puede haber, es un orgullo muy grande para mí haber logrado todo esto que tenemos, gracias a nuestro esfuerzo y sacrificio.