El tango, la cueca y su gratitud a Dios

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Hernán Atencio luce orgullosamente en las paredes de su hogar, una multitud de diplomas y galvanos por su participación en encuentros y concursos, tanto de tango como de cueca. "Desde cabro chico yo bailo tango; y ahora con mi señora hemos hecho cursos de tango, con ese paso bonito, ese paso marcado al compás de la orquesta", cuenta. Al mirar atrás y evaluar su vida, sostiene: "Yo doy gracias a Dios por tenerme así, tan bien y con tan pocos problemas".