Durante cinco años Lorena Kiessling trabajó en la Municipalidad de Paillaco. Ahí estaba encargada de generar los proyectos que luego se convertirían en obras para su comuna. Pero en marzo de 2014 asumió un nuevo desafío y se convirtió en jefa de División de Análisis y Control de Gestión del Gobierno Regional de Los Ríos. Su preocupación sería realizar todas las gestiones para que el dinero destinado a la región fuera invertido de la manera más eficiente en la ejecución de obras, la compra de maquinaria, de equipamiento y en el desarrollo de programas para el desarrollo del territorio.
Se sentía preparada, pero el trabajo no fue nada de sencillo. Tuvo que explotar sus capacidades al máximo para lograr la principal meta de su puesto: que todo el presupuesto asignado a la región para 2014 sea gastado, y bien utilizado.
Durante los primeros meses los números no los acompañaron y la baja ejecución presupuestaria del Gore de Los Ríos fue un tema que estuvo permanentemente en discusión. Se generaron planes y finalmente -según aseguró hace pocas semanas el intendente regional Egon Montecinos- se logró cumplir con el ciento por ciento del gasto. Finalmente, fueron invertidos 38 mil 863 millones de pesos.
Lorena Kiessling -junto a su equipo y al apoyo de las municipalidades a través de la generación de proyectos- estuvo a cargo de alcanzar ese logro.
¿Quién es Lorena Kiessling? Una ingeniera mecánica que se emociona cada vez que recuerda el momento en el que por primera vez hubo luz eléctrica en La Paloma, sector rural de Paillaco. "La gente tenía las conexiones en su casa, pero no sabía cuándo llegaría la luz. Nosotros llegamos hasta el sector y vimos juntos cómo a las seis de la tarde se encendieron sus ampolletas. La gente estaba emocionada porque les cambiaría la vida. Ahora podrían tener un refrigerador y ya no sufrirían tanto por la artrosis que afectaba a las mujeres por lavar a mano", cuenta.
-¿Como enfrentó su llegada al Gobierno Regional?
-Después de llevar tantos años trabajando en el municipio estaba buscando otras instancias para desarrollarme. Sentía que ya había cumplido un ciclo. Cuando se dio la posibilidad de trabajar en Valdivia, me pareció un desafío bastante grande y bonito, así que lo tomé. Pero al llegar acá y ver que en enero había sido nulo el gasto del presupuesto regional, que en febrero el gasto había sido bastante bajo y que al analizar las programaciones había muy pocos proyectos abiertos, por lo que los gastos se verían varios meses después, fue complicado. El error -que había ocurrido antes de que llegara- era que no se habían abierto proyectos a tiempo y eso produjo una mala ejecución que se arrastró durante el primer semestre.
-¿En qué momento se dieron cuenta de que había que crear un plan que fuera efectivo para ejecutar todos los recursos?
-Los procesos de instalación son lentos y complejos cuando no has estado trabajando en el servicio. En marzo ya comenzamos a definir la estrategia que utilizaríamos para ejecutar el ciento por ciento del gasto. Creo que fue bueno haber trabajado antes en un municipio, porque manejaba el tema desde el otro lado del proceso. Saber cómo funcionan las unidades técnicas era una ventaja para todo el rodaje que se vendría dentro de los primeros meses.
-¿Cómo fueron esos primeros meses?
-Fueron complejos, porque teníamos que definir qué haríamos para revertir la baja ejecución. Teníamos una cantidad de recursos asignados que debíamos gastar durante el año y aunque abrimos una gran cantidad de proyectos sabíamos que los gastos no se verían en el mismo año. La solución que se dio fue ver todo lo que podíamos hacer a través de trasferencias, destinar recursos a programas de las políticas regionales o de las Secretarías Regionales Ministeriales. También vimos cuál era la cantidad de activos no financieros que podíamos adquirir, como vehículos y equipamiento. Lo importante es que todo se visualizó en el momento preciso, porque pudimos evaluar los proyectos, tener los certificados correspondientes, pasarlos por Core, hacer las resoluciones, enviarlas a Santiago, esperar las revisiones. Fue un proceso largo que pudimos hacer dentro de los tiempos correspondientes.
-¿Qué significó para usted estar a cargo de un proceso que fue tan criticado a través de la prensa?
-Yo tenía la convicción de que estábamos haciendo todos los procesos adecuados para llegar a diciembre con buenos resultados. Teníamos una programación, sabíamos cuántos recursos habíamos pedido para los activos no financieros, cuántos para las transferencias. Sabíamos que teníamos que gastar los recursos en deporte y cultura. Lo complejo era convencer de que los procesos se estaban haciendo en forma correcta a los consejeros regionales y a la gente que especulaba muchas cosas. Muchas veces hay algunos que quieren ver la otra parte de la moneda y no apoyar todo el trabajo que se estaba haciendo por detrás. Lamentablemente lo bien que lo estábamos haciendo se pudo demostrar a final de año y no antes, pero porque el sistema público funciona así.
-¿Qué sintió cuando comprobó que se había logrado la meta?
- En la historia de la región no se había logrado ajustar y afinar tanto el presupuesto como se hizo ahora. La meta es gastar todos los recursos que tenemos. Nosotros logramos ser precisos. Todo el detalle, el seguimiento de uno a uno de los proyectos fue súper duro, especialmente en el mes de diciembre y la primera semana de enero. Fue un seguimiento tremendo que hubo que hacer con los profesionales de los municipios, a quienes quiero agradecer por su compromiso.
-Igualmente han sido criticadas algunas decisiones tomadas para lograr la meta, como la cantidad de dinero invertido en electrificación rural.
- Siempre va a haber críticas. Es parte del trabajo de algunos. Trabajando en municipios y viendo el beneficio social que esto tiene para la gente y las familias, esas críticas pasan a segundo plano. No podemos seguir avanzando, construyendo edificios para servicios públicos o seguir pavimentando calles en las ciudades si tenemos gente que no tiene agua potable, no tiene electrificación ni los temas de saneamiento sanitario resueltos, que son temas fundamentales. Tenemos que preocuparnos de los servicios básicos y luego seguir trabajando con lo otro. Se dio la instancia de ejecutar parte del presupuesto con proyectos de electrificación rural y cerrar una tremenda brecha de un porcentaje importante de gente que no tenía cobertura. Fue un gran logro para la región, pasamos de una cobertura de un 94 por ciento a un 98 por ciento.
-¿Cómo será el trabajo para este año?
-Tenemos un buen colchón en obras, que es lo que se nos está pidiendo producto de la desaceleración económica. Nos pidieron que se dé harto énfasis en todo lo que genere mano de obra. Así que viene una cantidad importante de proyectos en obras civiles. Se trata de la mayoría de los proyectos que se abrieron a principios del año pasado, cuando nosotros llegamos. Lo bueno de esto es que ya tenemos todo el trabajo del año anterior. Yo agradezco que no haya sido un año fácil, porque así uno aprende de la adversidad y los problemas. Fue la mejor escuela que pude tener.
-¿Cuáles son las obras que crees que serán emblemáticas durante 2015?
-Todo el proceso de retomar el edificio Teletón que está congelado por el tema de los colectores. Hay procesos que ya se están recontratando, una vez que se termine la construcción y el mejoramiento del colector del edificio ya se va retomar lo que falta para que esté terminado de aquí a fin de año.
Esa es una obra que va a ser emblemática por el impacto que tendrá para las personas que lo utilizarán. Nos vamos a enfocar harto también en el tema de saneamiento sanitario en diferentes comunas. Está la construcción del estadio El Boldo de Corral, que va a revaluación ahora pero que se harán todas las gestiones para que pueda ejecutarse rápido.
-Con todo este trabajo ¿Le queda tiempo para usted?
- Voy en las tardes al gimnasio y trato de recrearme. Ahora sobre todo, porque el año pasado no había tiempo para nada.