El 22 de mayo de 1960 Gerardo Romeny estaba paseando con su mujer y su cuñada, por Isla Teja. "Los árboles y líneas telefónicas se movían de un lado para otro. Uno no se podía mantener en pie, así que nos sentamos en el suelo. Cuando se cayó la cervecera se armó una polvareda terrible, al igual que cuando se cayó la torre de bomberos, la cual se desintegró. Después no podíamos cruzar a Valdivia, porque estaba el puente cortado, sólo se podía pasar en bote", recuerda.
cónsul holandés. Trabajó desde los 15 años en Antofagasta, Valparaíso, Santiago, pero se radicó y formó a su familia en Valdivia.
A sus 100 años de edad, Gerardo Romeny, holandés y de profesión contador, cuenta la historia de su vida pausada y cordialmente.
Nacido en Holanda el 16 de enero de 1915, llegó a Chile para Navidad, después de tomar el tren de Los Andes y radicarse en Valparaíso cuando tenía diez años. Su padre, se había casado el año anterior con su segunda esposa, chilena y quien era profesora de Economía Doméstica en la Compañía de Gas de Valparaíso.
¿Cuántos hermanos eran en su familia?
Yo soy el único hijo del primer matrimonio. Y la madrastra tenía 3 hijos, por lo tanto pasamos a ser cuatro hermanos en la familia.
Yo estudié en el Liceo de Hombres de Valparaíso, y salí de cuarto medio con la especialidad de Contador, ahí realicé mi práctica para que me entregaran el título definitivo para poder trabajar.
Hice muchos amigos en Valparaíso, pero con la familia nos fuimos a Antofagasta porque a la mamá la trasladaron a esa ciudad a la sucursal de la empresa.
Don Gerardo, a pesar de tener trabajo en Antofagasta, decide regresar a Holanda. ¿Cómo fue ese viaje?
Para llegar en esa época había que tomar un vapor que después de cinco semanas, llegaba a Inglaterra y luego tomar otro transporte para llegar a Holanda. el año 1937, y me fui dos años a Holanda a la casa de una tía a estudiar y trabajar y regresé a Chile un poco antes de la Segunda Guerra Mundial.
¿Y por qué regresó a Chile después de dos años?
Porque ya se me había acabado el dinero y tenía que trabajar. Yo en Antofagasta estuve trabajando en Gildemeister, y cuando regresé me fui a Valparaíso nuevamente a trabajar y después me trasladaron a Santiago, donde conocí a mi señora, Aida Haverbeck, con quién estuve casado 68 años y tuvimos tres hijos.
¿Cómo conoció a su señora?
La conocí cuando ella tenía 26 y yo 30 años, esquiando en Lo Valdés, ella trabajaba en Santiago, pero es valdiviana y nos vinimos.
Pololeamos dos meses y nos comprometimos en Santiago para la navidad y el 26 de marzo de 1944 nos casamos en Máfil, en el fundo Las Lomas, donde vino el pastor luterano, y aún tengo la libreta. Nuestro primer hijo se llama Enrique que tiene un fundo en Pichoy; Rodolfo que está en Osorno y tiene una fábrica de vidrios y ventanas, Termoacutic y el menor es Carlos que trabajó por 34 años en Masisa en Concepción. Además, tengo 10 nietos y 20 bisnietos.
Lamentablemente mi señora falleció en abril de 2012, ya van a ser tres años.
¿Cuáles fueron sus empleos acá en Valdivia?
Primero estuve trabajando 16 años en Adolfo Koenig y Cía, que estaba ubicado en la costanera, cerca de la tesorería. Después me fui a la empresa de Transportes Fluviales, eso fue hasta que cerraron el puerto de Corral, en la fecha en la que declararon a Puerto Montt como puerto principal del sur.
¿Pero usted también fue cónsul de Holanda no?
Sí, en 1966 me nombraron consul de Holanda en Valdivia, estuve diez años de cónsul donde me condecoró el reino de Holanda por mis servicios a la comunidad.
También trabajó para el instituto Alemán de Valdivia
Sí, en 1978 entré de inmediato en el colegio alemán como contador, donde trabajé por 24 años, hasta que me jubilé el 2002. Mis años trabajando en el colegio fueron muy felices, recibí mucho afecto por parte de los profesores y alumnos.
Y ahora que está jubilado, ¿qué es lo que le gusta hacer?
A mi edad ya no puedo leer ni escribir porque los ojos no me dan, tengo un problema en la retina. Lo que sí me gusta es escuchar música clásica, como Beethoven, Mozart, Hydn, eso me gusta los ritmos pop no me agradan mucho.
¿Cómo celebró sus 100 años don Gerardo?
Nos juntamos todos en el fundo Pichoy, donde hicieron un almuerzo muy bonito, sólo faltó una nieta, porque el mismo día de mi cumpleaños, nació una bisnieta, que fue mi regalo.
Carla Ilabaca Jara
Romina
Garrido
El cuidado del pie es fundamental durante toda nuestra vida, especialmente para los adultos mayores, ya que es durante esta etapa cuando se hacen más latentes las patologías podológicas.
La receta para mantener unos pies sanos es sencilla. Al respecto, María Teresa Martínez, podóloga del Servicio de Podología del Hospital Universitario HM Madrid, recomienda mantenerlos secos y perfectamente hidratados mediante cremas con alto contenido en urea. Así se evitarán la aparición de grietas en los talones y se mantendrá la piel elástica y resistente a las distintas agresiones que sufre cuando está al aire libre.
En todo caso, es clave acudir a una consulta de podología para examinar y tratar todas las dolencias que se presenten, tanto en piel como en las uñas.
Asimismo, el verano es la época donde los pies tienen mayor contacto con el agua, ya sea en la playa o la piscina, por lo que se sugiere no andar descalzo en ambientes húmedos ya que altera la barrera de protección grasa que de forma natural tiene nuestra piel, colocándonos en contacto de manera repetida con hongos, bacterias y virus, siendo más fácil el contagio de infecciones.
Además, se debe tener en cuenta que pasear por la orilla de la playa puede también mermar la salud de nuestros pies si padecemos ciertas patologías que sean contraproducentes con la especificidad del terreno. De hecho, muchas veces se recomienda este ejercicio para fortalecer nuestras áreas musculo-esqueléticos y circulatorios.
Por lo tanto, los paseos deben ser cortos y por la zona de tierra mojada. La arena proporciona un masaje en las plantas de los pies que ayuda a favorecer la circulación de retorno.
La invitación es entonces a cuidar nuestros pies ya que son los protagonistas de un caminar más tranquilo, confiado y seguro; y de un envejecimiento activo y saludable.
Más de diez millones de pesos se adjudicó el voluntariado de la Casa de Acogida Municipal del Adulto Mayor Semi Postrado Enrique Boisson, de Corral, en el tercer llamado a Concurso del Fondo para establecimientos de Larga Estadía (ELEAM) del Servicio Nacional del Adulto Mayor, Senama. Los montos van en apoyo directo a las personas mayores con algún grado de dependencia física.
En la actividad de entrega participaron los seremis de Desarrollo Social y Justicia, Leonel Vera y Alejandro Reyes, respectivamente; la coordinadora Regional del Senama Rocío Araya; la representante legal del Voluntariado de la Casa de Acogida, Rosa Hernández; y los mayores beneficiarios.
La entrega se enmarca en la iniciativa "Verano en Terreno", instancia en que un grupo de servicios públicos generan actividades conjuntas en las 12 comunas de la región.
Rosa Hernández, representante del voluntariado valoró el aporte señalando que "busca mejorar la calidad de vida de los adultos mayores que aquí residen, en elementos fundamentales y funcionales de su diario vivir".
Por su parte, el seremi de Desarrollo Social, Leonel Vera destacó al grupo de voluntariado, valorando esta entrega "como una muestra de la equidad territorial que la región modelo merece, donde todas las comunas con mayores necesidades están siendo tomadas en cuenta".
Este programa busca aumentar la cobertura de atención y mejorar los servicios de cuidado a los adultos mayores en situación de dependencia y vulnerabilidad, que residen en los ELEAMS administrados por instituciones públicas y privadas sin fines de lucro.