Consuma pescados y mariscos cocidos
Un intenso trabajo de fiscalización de venta de mariscos y pescados, ha desplegado el equipo de la seremi de Salud de Los Ríos durante este año, con el objetivo de controlar la comercialización en buenas condiciones sanitarias, pero también de advertir a la población sobre el riesgo de consumir productos del mar crudos. Esa antigua práctica es riesgosa para la salud humana y es necesario erradicarla, para evitar intoxicaciones con la bacteria Vibrio parahemoliticus, que prolifera en las aguas del litoral chileno especialmente en verano, favorecida por las altas temperaturas.
El contagio no es mortal por sí mismo, pero las consecuencias que trae, sí pueden poner en riesgo la vida, porque causa problemas gastrointestinales durante varios días (diarreas, vómitos, cefaleas) y eso deriva en deshidratación. Por lo mismo, la mayoría de quienes enferman deben ser hospitalizados y la situación, informada a la autoridad sanitaria, porque el contacto entre personas y poca higiene, puede generar brotes epidémicos.
A la luz de este escenario es que el mensaje de la autoridad es a extremar medidas de prevención, principalmente cocer bien los mariscos y pescados antes de comerlos.
Según los datos entregados por la Seremi ayer, durante el verano de 2014 hubo 46 brotes por esta causa y 112 personas debieron ser atendidas en los centros de urgencia. Este año, ya hay registrados siete brotes de intoxicación y la mayoría de ellos directamente relacionados con la ingesta de mariscos crudos, principalmente en los hogares (72%). Es decir, hay familias que compran los mariscos y los comen sin cocer en sus casas, desatendiendo recomendaciones.
Es necesario que la población comprenda este mensaje y lo internalice, sin confundirse pensando que basta conocer el origen de un producto para que el riesgo disminuya. Muchos creen que si los mariscos están muy frescos no son peligrosos, o que basta "cocerlos en limón", lo cual constituye errores muy extendidos. Siempre hay que cocer los mariscos hirviéndolos en agua y el jugo de limón solo aliña y cambia la apariencia, pero no cuece. Derribar esos mitos y prevenir es una tarea comunitaria.