Ernesto Baher ÖBerg: una vida dedicada al trabajo y a su familia
motivación. Darle lo mejor a sus hijos fue el motor que impulsó a este ex funcionario de Carabineros a trabajar incansablemente.
Ernesto Baher Öberg nació en Nueva Imperial, el 5 de noviembre de 1913. Allí vivió con sus padres Germán Baher Wellman y Susana Öberg Kroll y sus cinco hermanos, con los cuales jugaba gran parte del tiempo, pero también tenía que ayudar a su familia en el campo que tenían, con animales y una huerta.
Se educó en Los Ángeles y Temuco, donde -dice- conoció a Neftalí Reyes, antes de utilizar el nombre de Pablo Neruda.
También en la capital de La Araucanía conoció a quien sería su mujer: Eliana Badilla Rondanelli, ya fallecida y oriunda de Parral, con quien tuvo nueve hijos: Germán, Ramón, Eliana, Luis Alfredo, Guillermo, Alfonso, Carlos, Grace y Jorge. Además tiene 12 nietos.
Al quedar viudo, don Ernesto se dedicó enteramente a sus hijos. Nunca se volvió a casar, sino que ocupó su tiempo en trabajar para mantener a su familia.
SU HISTORIA
Ud. ha vivido muchos cambios sociales y tecnológicos.
-Sí, cuando iban llegando las cosas a Chile como la luz, los automóviles, el cine, para todos nosotros era una novedad muy grande. La gente se asombraba mucho.
¿Cómo era Pablo Neruda cuando joven?
-La verdad es que era como cualquier otro joven de la época. El estaba saliendo de sexto de humanidades y yo estaba en cuarto.
¿Qué hizo cuando salió del liceo?
-Primero trabajé en el Serviu, en Santiago, un par de años. Después entré a Carabineros de Chile, donde realicé labores administrativas. Dejé la institución en 1950, con el grado de capitán.
¿Qué le gustaba hacer con su señora?
-Nos gustaba ir a pasear o ir al teatro, porque en esa época no había llegado el cine.
¿Qué le gusta de Valdivia?
-Me gusta esta ciudad en verano, porque hay más calor. El resto del año, el clima no es estable.
¿Cómo era la vida en Valdivia?
-Una vida tranquila. Muchas de las cosas que llegaban venían de Alemania. Por ejemplo las bicicletas, las estufas y diversos productos del hogar. Estos llegaban en barco al puerto de Corral y después al muelle Schuster.
¿Y donde vivió en Valdivia?
-La casa familiar se encuentra en calle Bulnes, en el sector Regional, en la que ahora vive uno de mis hijos.
¿Cuáles son sus pasatiempos o hobbies?
-Siempre fui un hombre tranquilo, me gustaba leer, en especial a Gabriela Mistral. Además me gusta mucho estar informado con las noticias internacionales y escuchar música clásica.
¿Qué hizo para llegar a los 101 años?
-La verdad es que nunca me imaginé vivir tanto, pero es una responsabilidad muy grande. Yo creo que la vida en el campo ayudó mucho a que haya llegado a vivir hasta ahora.
¿Cómo era la alimentación en el campo?
-Nosotros tomábamos leche directo de la vaca, nos alimentábamos con miel, con pan integral que llegaba en saco, comidas caseras. En general, cosas sanas.
sin multitudes
Actualmente, don Ernesto vive en la Residencia del Adulto Mayor "Lilichen", al cuidado de Guillermina Barría y otras tres cuidadoras, además de un geriatra que los visita constantemente para chequear a los residentes.
Al día siguiente de su llegada a la residencia (el 26 de febrero de 2010) ocurrió el terremoto que azotó a gran parte de Chile. Esa noche, no quería salir de la habitación, porque según él vivió otros sismos más graves, aunque ahora reconoce que fue bastante fuerte el movimiento telúrico.
A pesar de sus años, no tiene las enfermedades típicas de la vejez. Sólo toma vitaminas tres veces al día, descansa y mira televisión.
La última gran celebración fue cuando cumplió 100 años y vino toda su familia. Sin embargo, en 2014 solicitó que fuera más íntimo, porque las multitudes lo ponen nervioso.