La industria de arándanos ha crecido de manera notable durante los últimos diez años, posicionando a Chile como el segundo productor mundial y el primero en el hemisferio sur. Actualmente existen 15.560 hectáreas plantadas de arándanos en nuestro país, distribuidos en distintas regiones y según el Comité de Arándanos de Chile, se proyecta un crecimiento -en superficie- de 5,4% al año 2016.
Debido al "boom" que existe con este fruto y a la mayor oferta que ha presentado el mercado, muchos productores optaron por agregarle valor a sus frutos. Fue así como empezaron a producir arándanos orgánicos, libres de pesticidas y con un proceso de producción basado en prácticas de manejo ecológicas, cuyo objetivo principal es alcanzar una productividad sostenida sobre la base de la conservación y/o recuperación de los recursos naturales.
UNA GRAN BRECHA
Eduardo Stegmaier es propietario de la Sociedad Agrícola Huenuye, empresa familiar ubicada entre Lanco y Panguipulli y que desde 1991 produce arándanos, fruto poco conocido en esa época, pero que al pasar de los años se ha masificado. "En los '80s fueron las primeras plantaciones en Chile. En ese tiempo no conocíamos el arándano, pero nos atrevimos con esta fruta y creo que sigue teniendo grandes proyecciones, sobre todo el orgánico, que es mejor pagado" sostuvo el agricultor, quien junto a cuatro productores más forman parte del Profo (Proyecto asociativo de fomento) Arándanos Orgánicos de Corfo. Esta iniciativa busca apoyar a un grupo de empresarios productores de arándanos orgánicos de la región de Los Ríos y de Los Lagos, interesados en exportar directamente, para que de manera conjunta incorporen mejoras en gestión, producción y comercialización.
Actualmente, la mayoría de las empresas comercializa su producción a través de exportadoras, las cuales cobran una comisión que va de un 8 a 10% del precio de venta, más los gastos de materiales de embalajes y servicios cadena de suministro (recepción, embalaje, pre enfriado, despacho, consolidación en puerto, naviera y recepción en puertos de destino). En general, en este negocio las exportadoras marginan del orden de un 30% del valor de venta de la fruta.
Andrés Didier, de Shine Chile, lleva cerca de cinco años de trabajo con arándanos en las comunas de Paillaco y Los Lagos. Poco a poco ha transitado del cultivo de arándanos tradicionales a las plantaciones orgánicas, las que son más caras de producir, pero al mismo tiempo dejan un mayor margen de ganancia.
Sin embargo, comenta que uno de los problemas o brechas que presenta su negocio es el tema de la exportación directa. "Entregamos nuestros productos a una empresa externa que comercializa y exporta nuestros arándanos y de ellos dependen los resultados finales que tenemos. Producimos y embalamos en el huerto, pero retirado de los campos, la exportadora la envía a diferentes mercados, principalmente a Estados Unidos, Europa, Asia y Corea. Con este Profo pretendo compartir experiencias con los demás productores orgánicos, mejorar mi proceso, compartir tecnologías y principalmente ver cómo de manera conjunta, exportar directamente para rentabilizar mejor".
Un productor de arándanos que no tiene capacidad de procesar y exportar sus productos, sólo puede acceder a los precios que paga la exportadora, bajo la modalidad de libre consignación, limitando sus ingresos, inversiones y desarrollo del negocio. Por esa razón es importante que las empresas realicen un trabajo colaborativo, para poder exportar directamente su fruta y así mejorar sus ingresos y ampliar la estacionalidad de la oferta de arándanos.
El proyecto
El proyecto apunta a mejorar el trabajo asociativo de los productores, para que tengan la capacidad para producir, procesar y exportar arándanos orgánicos con altos estándares de calidad, inocuidad y trazabilidad, de forma conjunta.
Todas las empresas participantes, salvo Agrícola Cox (que ha experimentado la exportación de manera directa), despachan al extranjero a través de intermediarios.
Andrés Cox es socio de Agrícola Cox Limitada, de la comuna de Máfil, "En general se va toda la producción a través de compañías exportadoras. Este si bien es un buen negocio, tiene márgenes muy ajustados. Ser orgánico genera una diferenciación que a corto plazo se va ir acotando. Es por ello que este Profo nos va a permitir de manera asociativa resolver el problema para comercializar de mejor manera nuestra fruta, diferenciarnos del resto de los productores y alcanzar nuevos mercados. Mi objetivo es poder consolidar la exportación y buscar nuevos mercados. En el fondo, rentabilizar el negocio" apuntó.
Asimismo, es importante señalar que este Profo se enmarca dentro del Programa Estratégico Alimentos con Valor Agregado, que busca desarrollar en nuestra región una industria de alimentos más saludables, innovadores y de alto valor agregado para los mercados del mundo". Las empresas tienen un buen nivel productivo, con un potencial de mejoramiento en su producción. Actualmente, el promedio de fruta exportable de los productores participantes del proyecto es de un 70% y tiene que llegar a valores mínimos de un 85%, por lo cual las empresas requieren apoyo técnico para mejorar la calidad y condición de su fruta de exportación.
Uno de los fundamentos de buscar colaboración entre los participantes es consolidar los volúmenes de comercialización, logrando con esto disminuir los riesgos de negociación, las comisiones en la cadena de suministro que engloban fletes internos, materiales de embalaje, servicios de pre enfriado, embalaje y despacho a puerto.
En este sentido, el Profo hoy está en una etapa de diagnóstico, para comenzar a mediados del segundo trimestre su etapa de desarrollo, que puede durar hasta tres años y que contempla entre otras actividades, un análisis del mercado a prospectar y penetrar, elaboración de planes de negocios, estudio de canales de comercialización, desarrollo de redes y alianzas estratégicas.