La noche del pasado viernes 13 de febrero, Johanna Duarte Gajardo se convirtió en la ganadora del Festival del Cantar Vecinal, en representación de la junta de vecinos del sector Autoconstrucción de Valdivia.
El público que asistió al certamen artístico, efectuado en el Coliseo Municipal, colmó las graderías y ovacionó a la vencedora, quien obtuvo el primer premio gracias a la interpretación de la canción "El poder del amor", de Celine Dion.
Johanna Duarte Gajardo nació en Valdivia el 7 de julio de 1980, está casada por segunda vez y tiene un hijo de diez años de edad, llamado Joaquín, que cursa el quinto básico. Aunque se tituló de perito criminalista, tras realizar sus estudios en el Centro de Formación Técnica Austral, nunca ejerció la profesión. Hace un año y medio se desempeña como vendedora de insumos médicos para la firma Valdmed.
¿Cómo te sientes luego de ser la ganadora del Festival del Cantar Vecinal?
-La verdad es que me siento muy contenta, como remontándome a cuando tenía 17 años de edad, porque en ese entonces fue la primera vez que gané este festival, con la canción "Me va a extrañar", de Ricardo Montaner. Mi papá me orientó un poco en cuanto al tema que eligiera para ese momento. El sentía que esa canción me acomodaba; le subimos un poco los tonos, porque como es una canción para hombre, es más baja. Me resultó favorable, pues gané el festival en esa ocasión.
¿Por qué elegiste "El poder del amor?
-Elegí esa canción porque Celine Dion es una de mis artistas favoritas y cuyas canciones interpreto en los shows que realizo. La otra razón es porque me siento identificada con esa canción: yo estoy muy enamorada en este momento de mi marido, así que éste es mi mejor momento en cuanto a lo afectivo.
¿Pensabas que ibas a ganar?
-Sí, porque soy segura de mi talento. Sé que tengo las condiciones para hacerlo y siempre apuesto a ganar en lo que hago.
¿Cómo te preparaste para presentarte al festival?
-La verdad es que estoy en constante preparación, soy muy constante en esto. Ensayo en mi casa todos los fines de semana por espacio de una hora y media o dos horas por día. Lo hago en el living de mi casa, instalo mi pendrive en el televisor y ensayo, y lo hago de corrido por una hora para ver el training que voy teniendo, porque la voz se va desgastando en el tiempo.
Por eso, es importante que esto se haga con dedicación, para saber en qué uno debe mejorar, ir eligiendo nuevas canciones para no quemar el repertorio y escoger canciones cada vez más difíciles para poder elevar tu rango de show.
¿Tuviste apoyo de tu marido?
-Sí, de hecho él me incentivó a inscribirme (para el festival), porque la verdad es que yo estaba un poco alejada del tema de las competencias.
Y esto ¿debido a qué?
-Falta de tiempo por mi trabajo, el que me absorbe mucho tiempo. Y trabajo de lunes a viernes, además de los sábados medio día. Es un trabajo, eso sí, que me gusta mucho y al que le dedico mi atención.
¿Te sientes arrepentida en este sentido, por el hecho de tener un trabajo que consuma tu tiempo y no puedas entregarte al canto?
-No, porque disfruto mucho de mi trabajo; me encanta el tema de las ventas y mis patrones son un 7, me han apoyado también en el canto, me han dado permiso. Entonces, me siento apoyada de todos lados, especialmente de parte de mi familia.
NACE UNA ARTISTA
¿Cuándo te iniciaste en el canto?
-Yo partí cantando en la Radio Austral. Me inicié en el canto a los 12 años: había un programa en la Radio Austral que se llamaba "Cuando los niños cantan". Me inicié por un tema de curiosidad: me gustaba ver televisión, ver a los artistas. En esa ocasión, hubo diez participantes y yo saqué el décimo lugar, o sea, cantaba horriblemente. Fue lo más frustrante que me ha pasado en la vida. Bueno, los artistas somos un poco quisquillosos con el tema de las competencias.
Mirando en retrospectiva, ¿merecías obtener ese décimo lugar?
-Sí, me lo merecía. Soy consciente de que no tenía mucho talento en ese momento, pero sí sabía que tenía algo que me hacía artista. Siempre lo supe y ese instante me sirvió para poder perfeccionarme en esto.
Me inscribí en el coro del Liceo Armando Robles, donde yo estudié; y en 1997, me presenté al primer festival en el que participé en mi vida, el Festival de la Canción Salesiana. Fue difícil para mí porque se presentaron muchos participantes de colegios particulares, yo era la única que venía de un liceo municipal y fue complicado porque me dejaron para el final…
Gané ese festival, el segundo lugar lo obtuvo Marcela, una amiga que tengo desde hace mucho tiempo y que representaba al Inmaculada Concepción; y el tercer lugar lo obtuvo un chico del Instituto Salesiano.
Ése fue el primer festival que yo gané y aún conservo el trofeo en mi casa. Posteriormente, ese mismo año me presenté a siete festivales interescolares, uno de ellos de nivel regional; y gané los siete. Sin embargo, repetí el tercer año medio.
¿Qué pensaba tu familia?
-Ellos estaban muy contentos. La verdad es que yo tuve siempre mucho apoyo de mi familia. Tuve incluso la intención de postular a Rojo, pero ahí mi papá me dijo: "No, hasta aquí no más".
¿Te frustró el no haber aprovechado esa oportunidad?
-Sí, porque siento que podría haber hecho mucho más. Haberme dedicado a esto, haber viajado a Santiago y haber estado en el programa. Sabía que tenía las aptitudes para hacerlo, que iba a calificar y que iba a quedar en el programa. Yo creo que mi papá se negó por un tema de aprensión, por el hecho de que soy mujer… Bueno, sus razones habrán tenido mis padres. Pero si yo pudiera volver el tiempo atrás, lo haría indiscutiblemente.
CONSOLIDACIÓN
Después de 1997, ¿cómo transcurrió tu vida artística?
-Bueno, en 2003 comencé a cantar en el casino. Me puse mi mejor pintita que tenía en aquel momento y fui al casino. Pedí hablar con el manager y luego de mucho rato, me recibió y me dijo: "¿Qué cantas tú?". En ese entonces me dedicaba solamente a la interpretación de baladas. "¿Y cómo se llama tu show?", y le dije que se llamaba Divas. "Ya -me dijo-, pero qué divas?" y yo le contesté que eran divas norteamericanas.
Le pareció bastante atractivo y me preguntó si tenía algo preparado. "Si tú crees que estás preparada, hazlo". Puse el pendrive y canté Whitney Houston, Barbra Streisand, Toni Braxton, Celine Dion y algo de Aretha Franklin. Me contrataron y estuve cantando durante tres años.
¿Qué significó para ti esa experiencia?
-Significó mucho. Conocí mucha gente, me perfeccioné musical y profesionalmente. Para mí, el casino fue un escenario importante, primero para renovar el show e incorporar otras cosas; yo comencé cantando balada, luego dije: "Estamos listos con baladas, ahora voy a incursionar en balada pop" y canté Lady Gaga, Madonna, Jennifer López, en fin…
Luego, vi que había quemado etapas y empecé con la salsa hace unos dos años. Ahora tengo un show de balada, balada pop y salsa.
MIRANDO EL FUTURO
¿Cuáles son tus planes? ¿Qué necesitas para poder concretarlos?
-Yo necesito un manager, una persona que crea primeramente en mi talento. Soy una persona muy profesional para trabajar y hago muy bien mi trabajo. Necesito esa persona para que haga los contactos que no tengo, porque en este momento estoy en el aire y carezco de los contactos para trabajar y explotar esta parte. Me falta esa persona que me diga: "¿Sabes, Johanna? En tal parte hay que hablar con determinada persona, en esa otra parte hay que hablar con tal persona".
Necesito esa persona porque además yo bailo en mis shows, me hago acompañar de un bailarín que es mi buen amigo Willy; y en la segunda parte de mi show hago coreografías con baile, con cambio de vestuario, para luego finalizar con salsa.