Convertirse en adulto mayor implica presentar los cambios propios de la edad, los que resulta importante conocerlos, para entender cuáles son los rangos normales de envejecimiento.
Un concepto que se debe comprender es el de envejecimiento normal, que corresponde a un proceso social, psicológico y biológico que es continuo, universal, irreversible, heterogéneo e individual; que determina una pérdida progresiva de la adaptación y la reserva funcional. Así lo da a conocer la docente de Fonoaudiología de la Universidad San Sebastián sede Valdivia Verónica Subiabre.
"Desde el punto de vista fonoaudiológico, el adulto mayor debería presentar una disminución en la función de distintos aspectos como comunicación, lenguaje, habla, voz, audición, cognición y deglución", señala.
"Si dichos cambios son tan profundos, que llegan a influir en el desempeño de las actividades instrumentales de la vida diaria -como, por ejemplo, hablar por teléfono- o básicas en casos más severos -como ir al baño solo- claramente el proceso no está siendo el adecuado y se está frente a una posible patología que debiese ser estudiada", advierte.
CAMBIOS EN DETALLE
En lo relativo a la comunicación, sostiene Subiabre, "el adulto mayor debería tener leves dificultades para poder emitir y recibir un enunciado, producto del cambio a nivel del lenguaje, siendo una de las más características las frecuentes anomias o dificultades para encontrar las palabras".
En cuanto al habla, la profesional indica que "también comenzará a tener dificultades para articular, que es lo que se conoce coloquialmente como modulación".
Ahora bien, en el ámbito auditivo ocurrirán cambios asociados a pérdidas que comienzan a los 50 años de edad, como promedio. "Una de las características es una disminución en las frecuencias agudas y -por sobre todo- una alteración en la discriminación de la palabra; es decir, la capacidad que tiene la persona de oír a otra y entender con claridad lo que ésta quiere decir", precisa.
En relación al proceso deglutorio, Subiabre aconseja que "la persona adopte ciertos hábitos como -por ejemplo- comer en un lugar donde no haya muchos distractores, sentado y reposar en la misma posición por 30 minutos, como mínimo".
Además, recomienda el cuidado de la higiene bucal y una buena masticación, especialmente en adultos mayores que usan prótesis dentales, para prevenir el riesgo de que ingresen alimentos a las vías respiratorias, lo cual implica infecciones que pueden llegar a ser severas.
Finalmente, la académica de la USS menciona que "las personas también sufrirán cambios en la intensidad o en el tono de la voz, debido al envejecimieno de las estructuras que conforman el aparato fonatorio". Así, pues, es común que los ancianos tengan una voz más aguda y las mujeres, una voz más grave.
ACCIONES SUGERIDAS
Subiabre recomienda mejorar los hábitos alimenticios, asistir a los controles médicos, usar audífonos si han sido prescritos y hacer actividades de recordación de lo hecho el día anterior. Además, la docente considera que es saludable realizar actividades tales como loterías, sopas de letras, bingos, naipes o dominó; y probar hacer cosas en forma distinta: ir a algún lugar tomando una ruta diferente, lavarse los dientes con los ojos cerrados y aprender cosas nuevas, entre otras.
"Si presenta alguna característica que en ocasiones le limitan hacer su vida normal, es recomendable asistir al especialista".
Verónica Subiabre
Docente de Fonoaudiología
Universidad San Sebastián