Editorial
Techo inició una cruzada en Los Ríos, uniendo fuerzas privadas y públicas, para ayudar a familias que no tienen casa. La idea es una solución integral y rápida, materializada antes de 2016, movilizando voluntades políticas y recursos disponibles...
No olvidar los
campamentos
En medio de las recientes emergencias naturales y polémicas políticas que han remecido al país ya la región de Los Ríos, ha quedado poco tiempo en los medios de comunicación y en la agenda pública para detenerse a reflexionar sobre otros temas, igualmente importantes y urgentes, pero casi peligrosamente "naturalizados". Uno de ellos es el drama diario que viven las familias de los campamentos, cuya lucha por conseguir una casa, a menudo se extiende por décadas.
La sequía, las inundaciones del norte, los incendios forestales, la erupción del volcán Calbuco, la seguidilla de errores del puente Cau Cau, los escándalos de personeros públicos cuestionados en su probidad; dejan escaso lugar para recordar a los grupos más vulnerables de la población y a sus problemas que, al hacerse tan habituales, dejan de ser "noticia" en la definición más clásica: algo novedoso, fuera de lo común.
Reflexionar al respecto fue la invitación que realizó la Fundación Techo en Valdivia hace pocos días y pidió no olvidar a las personas que viven en asentamientos precarios. En la región son 714 familias, de 18 campamentos, que necesitan ser visibilizadas para que sus problemas alcancen una solución.
Ellos requieren de programas especiales para la construcción de casas, pero también necesitan acompañamientos para enfrentar una nueva vida e insertarse en barrios dentro de las ciudades.
La campaña de Techo se llama "Los Ríos sin Campamentos" y busca articular esfuerzos públicos y privados, para terminar con el problema e impedir el surgimiento de nuevas tomas y construcciones informales. La idea es una solución integral y rápida, materializada antes de 2016.
La cruzada ya está en marcha y es de esperar que llegue a buen término; también, que desde ella se pueda proyectar fórmulas para adelantarse a las necesidades de las personas, de modo que los allegados, las parejas jóvenes pobres, las jefas de hogar, los que viven arrendando piezas en patios traseros, no tengan tantos problemas para acceder a una vivienda digna y no encuentren en los campamentos, la única alternativa a su alcance para satisfacer esa necesidad.
Nuestro archivo
30 años | 24 de abril de 1985
Nombran nueva directora de escuela Puringue Rico
Con una nueva directora cuenta la escuela de Puringue Rico en San José de la Mariquina. Se trata de Gladys Escobar, docente que fue nombrada por la alcaldesa Marta Horn, a petición de los miembros del centro de Padres y Apoderados del centro educacional. El dirigente Adriano Tripalilaf agradeció el apoyo de las autoridades.
20 años | 24 de abril de 1995
Necesitan alcantarillado en calle Isabel Rodas
Los vecinos de la calle Isabel Rodas de Las Ánimas necesitan apoyo para obras de alcantarillado y manejo de aguas lluvias, además de la pavimentación de las calzadas en su sector. El dirigente Marcial Ulloa Farías, presidente del Comité de Adelanto del sector agradeció la ayuda para pavimentar veredas, "pero faltan las calles", dijo.
10 años | 24 de abril de 2005
Familias mapuche toman fundo en Futrono
La comunidad mapuche Fermín Chacano de Futrono, mantiene tomado el fundo Quihueño, debido a la demora que tiene la compra de tierras por parte de la Conadi en el sector. Juan Munzenmayer Cayhuante, vocero de la comunidad, señaló que la reivindicación incluye 300 hectáreas que la agricultora Elena Hube estaba dispuesta a vender.
Sobre erupción del volcán Calbuco
Hace 43 años que el volcán Calbuco (ó Quillaype) no había generado sospechas frente a una eventual erupción. Eso nos hacía incorporarlo como un miembro pasivo de nuestro paisaje turístico, ignorando qué ha hecho antes este hogar de los "negen winkul" y "pillanes" mapuches.
Para el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomín) la aparente pasividad nunca fue real. El año pasado, esta repartición pública emitió un informe donde lo destacaba como uno de los 10 volcanes más activos de Chile, quedando el Calbuco en el tercer lugar.
Según los datos del Sernageomín y del Archivo Nacional de Volcanes, el Calbuco tiene un registro histórico que se remonta a una actividad eruptiva a fines del siglo XVIII (1792), aunque los testimonios no nos dan mucha seguridad este evento. Con más certeza, existen estudios científicos que avalan erupciones cíclicas en tiempos más recientes desde fines del siglo XIX hasta 1972. De este modo podemos agregar las erupciones de 1893 - 1895, 1906 - 1907, 1909, 1911, 1917, 1929, 1932, 1945 y 1961. De todas ellas, una de las más recordadas es la de 1961, pues se asocia generalmente a que fue una consecuencia del terremoto de 1960 que asoló el sur de Chile. Pero si bien fue una erupción de gran impacto visual, sus consecuencias no son comparables con otra anterior y que ha sido olvidada por todos: la del trienio 1893 - 1895, es decir hace 120 años atrás, descrita como "la más destructiva".
Buena parte de los testimonios sobre ese evento natural se encuentran en los "Anales de la Universidad de Chile", publicación semestral donde se daba cuenta de los estudios sobre fenómenos naturales que se desarrollaban en distintos puntos del territorio del país. Esa erupción en particular había llamado la atención de varios profesionales de la zona afectada quienes enviaron frecuentes informes a Santiago para ver los aportes a la, por entonces, aún naciente vulcanología chilena. De entre ellos podemos destacar las cartas e informes de Roberto Pöhlmann, Hans Steffen, Oscar von Fischer, Osvaldo Heinrich, Alfonso Nogués y Carlos Martin. Gracias a la descripción cronística a la vez que científica de estas personas, hoy tenemos un claro panorama de lo que se vivió en la zona aledaña al volcán. (Extracto de "La erupción del volcán Calbuco de 1893 a 1895").
Carlos Eduardo Ibarra Rebolledo
Columna