Oveeeejeras, un colectivo que busca la recuperación del trabajo con lana
trabajo. Una viñamarina, una valdiviana y una italiana buscan recuperar la tradición del tejido y potenciarlo como un negocio basado en el comercio justo.
Andrea Gallardo, Marianne Meier y Mónica Balestreri son tres mujeres que provienen de lugares distantes entre sí, pero comparten una afición que las ha unido en torno a un proyecto común: el colectivo de artesanas Oveeeejeras, cuyas creaciones traspasaron la barrera continental y fueron exhibidas a fines del año pasado en la decimonovena edición de una de las principales reuniones mundiales de la artesanía: L'Artigiano in Fiera, de Milán (Italia).
"Los organizadores quedaron muy contentos con nuestra participación, pero estamos en deuda para que las próximas veces seamos más chilenos en este evento", aseguró Meier.
TRABAJO CONJUNTO
Luego de una reunión en Telares del Calle Calle, la tienda de Mónica Balestreri, las amigas conformaron el colectivo Oveeeejeras, con la mira puesta en desarrollar el negocio de la lana, echando mano del gran patrimonio ovino que existe en la zona, así como de la tradición lanera.
"Hay gente que tiene muchas ovejas y no sabe qué hacer con la lana; incluso hay muchos que la queman. Pero si hubiera más organización, se podría usar esta lana porque nosotros no necesitamos un material especial para confeccionar nuestros tejidos", señala Mónica.
Todas ellas se valen de insumos naturales para teñir las lanas, tales como cáscaras de cebolla, hojas de eucaliptus, cochinilla y maqui, usando una técnica de estampado natural llamado Ecoprint. "Tenemos un amigo que nos da las cáscaras. Al principio nos miraba como si fuéramos locas", señala Marianne Meier.
LAS ARTESANAS
"Llegué a la lana por casualidad porque estaba haciendo un taller de orfebrería; y dentro de éste se hizo un mini taller de fieltro de lana, para hacer los accesorios de las joyas. Me encantó el fieltro porque tiene una gran ductilidad, y por eso lo estoy trabajando desde ahora", cuenta la viñamarina Andrea Gallardo, quien estudió previamente comunicación audiovisual en el Duoc de su tierra natal.
Desde el Viejo Mundo arribó la artesana Mónica Balestreri, quien recuerda que se inició en el trabajo de la lana tras recibir unas ovejas como obsequio. "Vi todo el desarrollo desde la esquila al lavado, el hilado y el telar. Y me enamoré de este trabajo que es muy artesanal, pero abarca un mundo social muy grande y atractivo; además de las infinitas variantes que se pueden hacer con la lana", recuerda.
En la búsqueda de una comprensión cabal del arte lanero -luego de su paso por la Universidad del Pacífico, donde estudió relaciones públicas-, Marianne Meier viajó hasta las entrañas de los Himalayas para sumergirse en las técnicas que se desarrollan en Nepal. "Cuando volví a Chile no quería regresar a trabajar en Santiago, y comencé a hacer talleres de confección de lana y aquí me mantengo", dice al referirse a Valdivia. Ella es la dueña de la tienda Mahila Fieltro Textil.
COMERCIO JUSTO
El año pasado, el colectivo Oveeeejeras se adjudicó una Iniciativa de Desarrollo de Mercado del Servicio de Cooperación Técnica (Sercotec), que les ayudó a implementar sus talleres y participar en la Expolana en Santiago, la feria más grande su género en Chile.
Dicho proyecto les permitió, asimismo, empaparse del concepto del comercio justo, en el que está fundamentado su trabajo. "Nosotras no solamente buscamos un beneficio para nosotras, sino también para las tejedoras y proveedoras de lana que nos apoyan, para ir generando un mayor desarrollo social", sostiene Marianne.
"Nuestra idea no es industrializar estos procesos, sino trabajar con la gente. Por eso creemos que muchas mujeres pueden tejer nuestras confecciones, como se hace tradicionalmente en los ratos libres o mientras ven las novelas", concluye Balestreri.
Coordinador Área Admin. UST
Hoy se sigue hablando de las impresionantes cifras de turistas que nos dejó la pasada temporada de verano, posicionando a Valdivia entre los destinos turísticos con mayor relevancia dentro del país.
Sin embargo, es necesario realizar un análisis de cuánto de esto es efectivamente el resultado de acciones desarrolladas desde la región, y no sólo el fruto de la contingencia que se vivió en esos momentos como fueron el aumento del dólar, que influyó en que disminuyera el interés por salir de Chile; la baja en los precios del combustible, que se transformó en un incentivo a ocupar el automóvil para viajar dentro del país; o incluso la cantidad de días nublados que tuvo la zona central, situación que provocó que muchas personas optaran por las altas temperaturas que se registraron durante el período estival en nuestra zona.
Desde esta perspectiva, podemos señalar que al parecer esta serie de situaciones externas repercuten de manera favorable en nuestra ciudad. En Semana Santa, por ejemplo, lo ocurrido con el volcán Villarrica hizo que un número importante de visitantes no fuesen a esa zona y coincidentemente empresarios del rubro turístico de Valdivia han visto que en esas mismas fechas mejoran sus indicadores.
Ahora bien, más allá de continuar felicitándonos por los buenos resultados en cuanto a número de visitantes, creo de suma importancia que todos los involucrados, Estado y privados, sean capaces de sentarse a conversar para definir acciones que permitan capitalizar lo sucedido y que no se quede sólo en la temporada 2015 como un dato histórico, sino que se traduzca en una planificación estratégica que de aquí en adelante permitan asegurar flujos importantes de turistas, eso implica ser capaz de mostrar la oferta que tiene este destino turístico de forma anticipada y concreta.
Oveeeejeras, un ejemplo de comercio justo
Emprendimiento Oveeeejeras de Los Ríos
Socias Andrea Gallardo, Marianne Meier y Mónica Balestreri
Contacto 78098003 / 63113301
Cabe agregar que tanto Mónica Balestreri como Marianne Meier dictan clases de tejido. Gracias al Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (Indap), Marianne realiza talleres para comunidades rurales, a través de los cuales se recupera el trabajo en lana. En cuanto al concepto de comercio justo, el director de Sercotec Los Ríos, Carlos Burgos, expresó que "es muy meritorio que las Oveeeejeras se identifiquen tan claramente con el comercio justo. Un buen negocio es uno que también entrega una justa retribución a sus proveedores y es respetuoso con sus trabajadores".