La llegada del invierno
Como nunca, la ciudadanía ha recibido avisos que deben ayudarle a enfrentar la rudeza natural.
Tras un largo periodo seco, que incluyó un verano inusualmente propicio para las actividades turísticas a la vez que nefasto para la producción agropecuaria, con una sequía que ha causado estragos de diverso tipo, la zona sur comienza a sentir los efectos de la llegada del mal tiempo y que en regiones como la nuestra se hará sentir con toda la rudeza que la naturaleza puede descargar, en todos los sentidos.
En Los Ríos la ciudadanía es una profunda conocedora de la lluvia y sus consecuencias. Las estadísticas aportadas por la ciencia y la cultura popular se han encargado de trasladar hasta las actuales generaciones los relatos relacionados con las precipitaciones de antaño, notoriamente más profusas que las de hoy, y de las verdaderas proezas que los hombres, mujeres y niños de antaño debían consumar en cada invierno para salir más o menos airosamente de la situación.
No es un misterio que llueve menos que en los tiempos en que los abuelos debían aprender a remar porque tarde o temprano iban a necesitar de un bote para sacar a la familia hacia las tierras más altas. Tampoco se puede desconocer que los avances materiales han hecho la vida mucho más fácil de sacar adelante, punto en que la convivencia con la lluvia, por ejemplo, también resulta menos dramática.
Sin embargo, hay situaciones que no se manejan solo con más y mejores instrumentos o herramientas, porque la fuerza de la naturaleza siempre puede poner a prueba a la más desarrollada de las sociedades. Es allí donde se hace imprescindible aprovechar los ejemplos llegados desde otras latitudes.
En el país hemos estado atentos a una serie de acontecimientos de origen natural que han dejado un triste saldo y lecciones que al parecer no se terminan de aprender, por reiteradas que resulten,
Los aluviones, incendios, erupciones volcánicas que nos han sacudido deben servir para que las lluvias anunciadas para Los Ríos y las regiones vecinas no sean inmanejables. Salir adelante de manera razonable es la tarea del momento.