El médico Marcos Saldías asegura y reitera que no tiene deudas, que duerme bien y tiene su conciencia tranquila. Esto, luego de su aparición en el programa de TV Contacto -la noche del domingo en Canal 13- referido a "Doctores fantasmas", en el cual fue incluido como uno de los médicos que estudió una especialidad pagada por el Estado chileno, pero que luego no devolvió el beneficio al Servicio de Salud.
Saldías rechazó todas las imputaciones y reiteró que en 2009 fue habilitado para ejercer nuevamente en el servicio público. Además, denunció la existencia de "manos políticas" detrás de su caso. Dijo que le pondrá "el pecho a las balas" y que recién el próximo año, evaluará su continuación en la arena política, cuando cumpla su período como presidente regional del Partido Radical.
SU CASO
Saldías señaló ayer que en 1998 postuló y fue aceptado para especializarse en Cuba (20 cupos), mientras otro grupo de profesionales (10) viajó a España. Esto, después de cumplir cinco años de servicio público en el consultorio de La Unión. Luego de tres años en Cuba, regresó a cumplir con los tres años que le correspondían en el servicio público, en el Servicio de Salud de Copiapó, hacia donde se trasladó junto a su esposa y cuatro hijas, en el año 2002. "Llegué como médico único en Vallenar y éramos dos para la región de Copiapó", recordó. Pero, la situación cambió ese mismo año y luego de un año en el norte, volvió a Valdivia.
¿Por qué regresó a Valdivia sin cumplir los tres años de servicio público a los cuales estaba obligado?
-Mi padre (Juan) sufrió un cáncer de pulmón, agonizó durante cuatro meses y falleció. Mi madre (Marta), que era muy dependiente de él, quedó con un cuadro depresivo. Entonces, yo viajaba los fines de semana en avión hacia Valdivia. Luego de cumplir un año en Vallenar, lo conversamos con la familia y nos volvimos. Era algo humanitario y si tuviera que hacerlo 20 veces, lo hago de nuevo. Si hubiese sido por plata, era el único médico en Vallenar y me quedo allá en una zona minera.
¿Qué pasó entonces?
-Avisé mi decisión al Servicio de Salud de Copiapó y me vine. Me dijeron que espere, porque primero se iba a hacer una cobranza y además había un proceso administrativo de por medio. En el sumario acordaron que tenía que pagar y además me castigaban administrativamente por cinco años, en que no podía ejercer en ningún lugar público. La sanción económica era reintegrar alrededor de 16 a 17 millones de pesos, lo que hice en convenio con el Ministerio de Salud. Y éste es un requisito para que me puedan rehabilitar administrativamente, además de los cinco años. Después me llegó una cobranza del Consejo de Defensa del Estado, para que reconozca una deuda pero cómo lo iba a hacer, si no le debo nada a nadie.
¿Cuándo y cómo obtuvo su rehabilitación?
-Al cumplir los cinco años de castigo, presenté mi solicitud. Luego de eso, hay un tiempo de investigación, se pasa por varios cedazos. Puedo decir que de los 276 médicos inhabilitados que había en esa fecha, hasta el día de hoy soy el único que se rehabilitó para volver a trabajar al servicio público y durante 10 años, fui el único otorrino que atendió por Fonasa. Mis antecedentes fueron a la Secretaría General de Gobierno, al Ministerio de Salud y se propuso mi rehabilitación, porque tenía todo en regla. Así, hasta que de la Segegob me llamó José Antonio Viera Gallo, para comunicarme que tenía la habilitación para volver a trabajar para el Estado chileno.
Entonces, ¿por qué no está en el servicio público?
-Me entrevisté con Joel Arriagada, cuando era director del Servicio de Salud; después le escribí a Marianela Caro; ofrecí mis servicios al actual director Patricio Rosas, al intendente, pero aún espero los llamados.
¿Ud. cree que hay algún trasfondo político en su caso?
-Pero si claramente es algo político. Es raro que todos los años desertan por ejemplo 25 médicos, que han pasado 16 años desde mi caso y sigo apareciendo, cuando lo he aclarado muchas veces y siempre que hay campañas políticas, pasa esto. La vez anterior fue cuando tuve la vocería de la Nueva Mayoría en la región. Una coincidencia: dijimos cómo mejorar la región, hicimos críticas, apareció una carta, pasó una semana y llegó la televisión por mi caso. Esta es una devolución de mano política, hay personas que quizás tienen miedo, que les asusta que haya sacado 40 mil votos en una elección de senadores. Aquí se está presentando la política sucia, esa que no le gusta a la gente, donde uno dice cosas importantes y te devuelven patadas por debajo de la mesa. Lamento que todo esto se preste para revanchismos políticos tontos.
¿Continuará en política?
-Tengo que cumplir mi mandato de presidente regional del Partido Radical y voy a evaluar la situación el próximo año. Aún no lo he definido, pese a estar choreado porque estos son golpes políticos. Además, no se puede andar por la vida, dando explicaciones. Hay un montón de médicos que fueron a especializarse, nunca pagaron y no los veo denunciados en televisión.
"No sé qué mas puedo hacer"
-No tengo deudas con nadie, duermo muy bien y tengo mi conciencia más que tranquila. No sé qué más puedo hacer si no quieren que trabaje en el servicio público. Si a alguien le molesta que trabaje y haga un trabajo social con la gente porque creen que detrás hay un interés político, lamentablemente los afectados no son ellos, porque los parlamentarios tienen buenos sueldos. Pero, la gente pobre es la que no tiene acceso a horas de otorrino, atenciones que he ofrecido, con equipos, incluso con operaciones a mi costo, sin cobrar un peso.