Editorial
La reserva debe ser el gran referente para el turismo invernal y de montaña para una región que ha dado ventajas. Son muchas las actividades posibles de llevar adelante.
Adelantos en
Mocho Choshuenco
Los esfuerzos que realizan algunas instituciones estatales por dejar a la Reserva Mocho Choshuenco en condiciones de ser un real aporte para el crecimiento y consolidación de la industria turística en una zona que tiene prácticamente todo para ser un referente nacional, están bien encaminados y solo resta esperar que se conviertan en factor de progreso.
Se trata de un área silvestre protegida, de gran extensión, siete mil quinientas hectáreas, ubicadas entre las comunas de Panguipulli, Los Lagos y Futrono, con un amplio potencial de atractivo para quienes deseen entrar en contacto con la cordillera y sus incomparables detalles. Es una materia que debe ser potenciada en Los Ríos, porque la región ya ha ido desarrollando los puntos relacionados con aguas, ya sea lagos, ríos y mar, pero muestra un déficit, un atraso en lo que se refiere al turismo en la nieve, un factor más que atrayente para los visitantes, especialmente jóvenes.
Al respecto, hay que resaltar que es importante poner al día a la región, que da ventajas frente a sus vecinas, tanto nacionales como al oriente de la cordillera.
Son muchas las actividades posibles de llevar adelante sobre el manto blanco y el turismo de invierno se vería enormemente fortalecido al contar con un lugar con la riqueza de paisaje, cultura y posibilidades de practicar deportes que luce la reserva.
Sin embargo, no se puede ocultar que en las actuales condiciones llegar a la zona de Mocho Choshuenco resulta poco atractivo desplazarse hasta allá, porque hay que dejar de pensar en las actividades de montaña como algo reservado para personas cercanas al derroche de adrenalina y emociones fuertes. Es necesario entender que lo fundamental es hacerla cercana para familias completas, donde puedan disfrutar personas de todas las edades.
Los intentos por establecer un verdadero centro recreacional, que respete la naturaleza y sus variantes, no son nuevos. Vienen de varias décadas atrás y eso mismo debe ser un aliciente más para que esta vez se consolide un trabajo duradero.