Editorial
El sector lechero enfrenta un momento complejo. La colaboración entre sus actores podría ser un camino para superarlo. La invitación es a la agrupación de fuerzas. Si hay voluntad para hacerlo, sería interesante que existieran políticas que estimularan la unidad entre pares.
Asociatividad
para el desarrollo
Trabajar por la asociatividad en el sector como camino para el desarrollo de largo plazo, es el consejo que entregaron a los empresarios lecheros de la zona sur, los expertos que participaron en el seminario "Desarrollo de los territorios con la gente y la naturaleza: El sector lácteo en la Macro Región de los Lagos y los Ríos", efectuado en Osorno.
La reunión contó con exposiciones de académicos de las universidades Austral, Los Lagos y de Chile, quienes presentaron un análisis de la actividad en ambas regiones, las cuales concentran el 73% de la producción nacional de leche.
Desde sus perspectivas, coincidieron en que la unidad grupal es la única forma eficiente que tienen los productores locales para enfrentar el futuro de una manera sustentable. Y citaron la experiencia exitosa de la empresa Colun de La Unión, que es una cooperativa con más de 700 socios, líder actual del mercado nacional, gracias a su gestión asociativa.
Para los analistas, la falta de trabajo colaborativo es uno de los ochos nudos críticos que el sector debe enfrentar si quiere proyectarse de manera eficiente; pero también debe definir de qué manera materializar ese encadenamiento productivo, ya que no es lo mismo trabajar como cooperados, que como sociedades o como un cluster del rubro.
Definir aquello podría ayudar a enfrentar algunos de los "nudos" mencionados en el seminario, como la gran asimetría que existe actualmente entre los productores y las procesadoras; el aislamiento de los pequeños productores; el poco acceso a la tecnología y a la capacitación de los trabajadores del área.
Además se reconoce como un problema la tendencia a la concentración del sector en empresas o grupos con mayor poder económico, lo cual hace disminuir la producción independiente y crea distorsiones en los precios de recepción, entre otros problemas.
La invitación lanzada desde Osorno es a la agrupación de fuerzas y experiencias. Si hay voluntad para hacerlo entre los particulares, sería también interesante que existieran políticas económicas que estimularan la unidad entre pares y no solo la competencia, como tiende a hacerlo el modelo económico actual.