Editorial
Es positivo que los alcaldes trasparenten sus proyectos políticos para 2016, pero también cómo enfrenten el período que viene. Los municipios son los lugares más cercanos para la gente y deben ser instituciones generadoras de bien común.
Comienzo de la
carrera electoral
Ocho alcaldes de la región ya manifestaron su intención de postular nuevamente a sus cargos en las elecciones de 2016. Los demás aún deben definir sus situaciones y solamente uno ha decidido no ir a la re elección, después de casi 16 años en el poder.
Si bien falta más de un año para las votaciones, es bueno que los ediles transparenten sus posiciones frente a la comunidad, para que no existan suspicacias respecto de sus actuaciones. Pero lo que no sería positivo es que esta declaración de intenciones sea el comienzo de "pre-campañas" que bordeen los límites de las escasas normativas vigentes y que hagan a la ciudadanía desconfiar aún más del sistema político.
No sería correcto que un edil-candidato use su actual puesto de manera proselitista; ni tampoco sería esperable que el aparato público se pusiera a disposición de unos y no de otros, dependiendo de su militancia partidaria, ayudándolos a completar obras que les permitan cortar cintas más rápidamente que a sus contendores; o demorando propuestas con el objetivo exactamente contrario.
Es de esperar que no veamos esos tristes espectáculos en nuestra región. Sería pésimo. Primero por la ilegalidad de una conducta semejante y luego, porque constituiría una falta de respeto con el electorado que, después de todo lo sabido este año, tiene derecho a esperar y exigir probidad de parte de sus autoridades más próximas.
Los municipios son los lugares más cercanos para la gente, el espacio al cual recurre la población para apoyar su vida cotidiana y en cuyo funcionamiento necesita confiar. Por lo mismo, no se pueden convertir en plataformas de figuras individuales, sino en instituciones generadoras de bien común.
Nuestros alcaldes han demostrado con creces su capacidad y su compromiso con la ciudadanía. Esta nueva carrera electoral que algunos han asumido, los desafía, en un escenario más complejo que los anteriores, con voto voluntario y alta abstención proyectada (recordemos que solo un 41% votó en el proceso de 2012). Así las cosas, está claro que serán el trabajo bien hecho, la cercanía y la rectitud, las herramientas que tendrán mayor oportunidad de convencer.