La empanada, preparación para disfrutar
La empanada ha evolucionado en rellenos y sabor según los gustos y tendencias.
Variantes se encuentran por todo el mundo, con masas de todo tipo e infinidad de rellenos, y todas las cocciones posibles: asadas, fritas, hervidas, cocidas al vapor, etc. La tabla periódica de las empanadas nunca se podrá completar. Y hacer su historia sería como hacer la historia del asado o la cazuela, como trazar el origen de aquello que viene de todas partes. Nace con la civilización, un poco antes o un poco después.
Respecto de la empanada, la chilena, es posible dibujar su ascendencia inmediata. Hoy en algún restaurante griego o árabe podemos comer los ancestros de nuestra empanada. Los moros la llevaron a España, aunque por allá dicen que ya había algunas variedades nativas. Cuando siglos después los moros fueron expulsados de España, quedarían incorporados allí muchos elementos de la cultura árabe, sobre todo los culinarios.
Casi al momento de su expulsión final, América fue descubierta. Un nuevo horizonte donde la empanada encontraría muchas vidas nuevas, en la empanada chilena, la salteña y tucumana, la llaucha, la pucacapa, el pastel frito, la allaca, la arepa, etc.
En Chile los mapuches llamaron 'pirru' a la mezcla picada de relleno, de donde viene 'pino'. Por ello, mientras en España dicen "Ponedle picadillo", acá decimos "Pónele pino".
Este pino se hace la mayor parte de las veces con carne de vacuno, pero también con pollo o mariscos.
Como todo cambia, en las últimas décadas se han vuelto populares las empanadas en versión vegetariana, sobre todo la de champiñón; y también una empanada que les gusta mucho a los estudiantes y a los niños, la napolitana, de jamón, queso, tomate y orégano, que viene a ser como una pizza travestida en empanada.
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