Durante el último tiempo, hemos sido testigos de una de las catástrofes más impactantes en Europa, y nos ha permitido ser testigos de imágenes que sólo conocíamos por la historia o bien por películas que retrataban los horrores de la Segunda Guerra; con miles de personas deambulando en búsqueda de un lugar donde vivir con seguridad. La viralización de un pequeño muerto en una playa de Turquía conmovió al mundo y mostró lo peor de la crisis de Siria, que en cinco años lleva por lo menos 230.000 muertos y los miles que huyen del país a causa del terrorismo y la guerra civil.
El conflicto en Siria ya tomó una connotación mayor, involucrando a otras naciones militarmente, por ejemplo Rusia. Politicamente es un problema global y por cierto, la peor crisis humanitaria de Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo quisiéramos poner el acento en los miles de desplazados que existen a nuestro alrededor; son personas abandonadas, discriminadas, enfermas, tanto física como del alma; hay desplazados por la pena, el dolor, la soledad, la angustia e incluso por la depresión.
No es impropio preocuparse por la actual crisis que enfrenta Europa y el mundo, pero sí podemos ocuparnos por los desplazados que posiblemente están cercanos a nosotros.
La Biblia señala que Dios en su misericordia, estableció un plan de rescate para los desplazados por el pecado.
El pecado separa a las personas de Dios y con ello aleja a las personas de la posibilidad de una paz que restaura el alma. El pecado no es un sofisma, o un invento místico; el pecado es la mayor causa de dolor, pena, frustración y muerte, pero, que gracias a la muerte y resurrección de Cristo, tiene solución.
Jesús lo señaló cuando invitó a los cansados y agobiados a descansar en Él, porque sólo así se puede obtener reposo (Mateo 11:28). Él es la fuente de perdón, de paz, reconciliación y esperanza; entonces si usted conoce a un desplazado por la vida, o si usted mismo, por alguna razón siente que su vida está en esa condición, puede encontrar descanso, reposo y paz en Jesús.
Aaron Menares
Dr. en Teología. Pastor Iglesia Adventista de Valdivia