Correo
Nueva Constitución
El proceso constituyente convocado por el gobierno con el objetivo de generar una nueva Constitución Política ha generado, sin dudas, muchas incertidumbres para quienes, por un lado, rechazan cualquier cambio constitucional, como para aquellos que desean borrar definitivamente todo vestigio de la dictadura a partir de que sea a través de una Asamblea Constituyente la que genere una nueva condición constitucional y política.
Pero, la pregunta que habría que hacerse es ¿cuál es la idea que se observa que recorre para implementar tal cambio constitucional? La respuesta, la tenemos en el concepto de Soberanía Popular. La Soberanía Popular, de acuerdo al Derecho Constitucional no es más que el principio de que "en la organización del Estado el poder se asienta sobre el consentimiento del pueblo y éste puede determinar la acción del anterior ".
Es entonces, a partir de un hecho evidente , como la limitación de la soberanía popular, expresada en los fuertes contrapesos institucionales, como por ejemplo el mecanismo de los quórum contra mayoritarios, que hacen imprescindible un cambio de Constitución.
En este proceso constituyente, no es la calle la que exige o presiona por un cambio constitucional, no son grupos sobre ideologizados obsesionados por un cambio de constitución; si no que es la fuerte convicción democrática que este país ha cultivado a través de su historia y también lo que actualmente se plasma en principios y normas del derecho internacional en materia de derechos humanos y experiencias de las democracias modernas del mundo.
La Constitución de 1980 no sólo es antidemocrática por su origen, sino que por la limitación que sustenta a la soberanía popular.
Estamos, sin duda, en un momento histórico trascendental, en donde la ciudadanía representado por el colectivo político, gremial, sindical, social, de género y originario, tendrán en su responsabilidad la generación de una nueva carta fundamental que exprese la voluntad popular de los cambios que se requieren para Chile y que una vez establecidos como derechos, permitirán profundizar las transformaciones en materia de principios como la protección de los derechos humanos, los recursos naturales, participación ciudadana, educación, salud ,seguridad social ,cultura, por citar algunos.
David Martínez Vergara Prof. Historia, Geografía y Ed. Cívica
Turismo de Mariquina
Quiero agradecer a través de vuestras páginas,a la Agrupación Turismo Mariquina,la que mediante distintas acciones de unidad y trabajo permite el rescate de tradiciones,culturas,trabajos,innovación y emprendimiento de personas naturales y colectivos de una ciudad tan extensa y rica en naturaleza y vida como lo es San José de la Mariquina.
Para todos sus componentes mis parabienes y sinceros deseos de proyección y mantenimiento en el tiempo.
Boris Segovia Bruzzone Profesor segoviabruzzone@gmail.com
Actuar ético de educadores
Como parte del debate sobre el mejoramiento de la calidad de la educación en Chile, el tema de la formación y desarrollo docente de los educadores se plantea como uno de los medulares a abordar.
Si bien es cierto que estos contenidos deben ser parte de su formación y de su desarrollo profesional, hay una dimensión que está por encima, que le da sentido y orientación al actuar de los docentes: la ética.
La formación ética es la que nos permite en primera instancia darnos cuenta y valorar si el trabajo docente que hemos realizado responde a las necesidades de aprendizaje de los niños y niñas y a su desarrollo integral, con toda la entrega que esto implica.
Pero, ¿es la ética un tema sólo de los educadores? Para responder tomo las palabras de una gran educadora chilena recientemente fallecida, Ofelia Reveco Vergara (Q.E.P.D), quien decía: "tenemos que volver al tema de nuestra ética profesional quienes trabajamos en este nivel, llámense educadores, tomadores de decisiones o políticos". Esta cita nos hace referencia a que los problemas de la educación (sobreescolarización, bajos aprendizajes, desmotivación, etc.) no son sólo responsabilidad de los educadores, sino de todos los que tienen que ver con ella, en especial, los tomadores de decisión.
Hemos visto en estos días en los medios de comunicación, niños que llevan más de cinco años en una escuela montada en contenedores insalubres en una comuna de Santiago. Otros, en jardines infantiles y colegios ubicados en zonas contaminadas de Antofagasta. A ello se les suma, la existencia de escuelas donde se trabaja en espacios reducidos para la gran cantidad de niños y las pocas educadoras que lo conforman, donde el arte, el movimiento, las salidas de exploración, la educación en la vida, no tienen lugar. En fin, ejemplos de mala educación hay muchos.
Por ello, la cita certera de nuestra querida colega toma relevancia.
Esperamos que el actuar ético tome su lugar en este proceso de Reforma Educacional y nos ayude a analizar y avanzar en los complejos y persistentes problemas que arrastra nuestra educación. Nuestros niños y niñas lo merecen y sus profesores también.
M. Victoria Peralta E. Docente Cs Ed. Universidad Central