Cifras muy interesantes de observar respecto de la confianza de los chilenos en las instituciones, otras personas y los grados de amistad que logran alcanzar, presenta la Encuesta Nacional Bicentenario dada a conocer hace pocos días por la Universidad Católica-GfK Adimark. Se trata de un estudio nacional, aún sin detalles regionales cobre cada ítem, pero que permite graficar una situación generalizada del país en estas áreas, con datos correspondientes a la última década.
Establece, por ejemplo, que ha aumentado el pesimismo respecto de la capacidad del país de resolver sus grandes problemas sociales como la pobreza y la desigualdad; sin embargo, individualmente, la mayoría considera que vive mejor que sus padres a igual edad. Por otra parte la desconfianza en todas las instituciones ha caído, pero sigue en pie la convicción de la democracia como mejor sistema de gobierno.
En esa línea también la confianza en las personas que tienen un cargo de decisión, es mayor que en la institución a los que ellos representan.
A nivel personal y comunitario los chileno se muestran, según la Encuesta, cada vez con menos amigos o vecinos cercanos, pero también más positivos respecto de los demás. En 2006 el mismo estudio reveló que solo el 12% de los encuestados pensaba que se podía confiar en la mayor parte de las personas; este año la cifra subió a 23%. Y quienes no están de acuerdo con esta afirmación, bajaron de 73% a 50%. El número aún es menor, pero hay avances.
Donde existe poco progreso es en la cohesión social. Casi el 70% reconoce que en sus barrios cada quien vive en su propio espacio y casi el 50% piensa que sus vecinos no le ayudarían en caso de perder una billetera, por ejemplo.
Esta información ha sido comentada en diversos espacios y a partir de ella es importante reflexionar, desde la perspectiva regional, sobre la importancia de renovar lazos comunitarios para mejorar la calidad de vida. Áreas como la participación y la seguridad ciudadana, por ejemplo, requiere de colaboración entre vecinos y de una relación de largo plazo, para mejorar. Claramente, hay una tarea por hacer.