Erica Eliana Cofré Henríquez tiene 75 años y es la presidenta de un grupo de adultos mayores que recientemente editó una antología de poemas y cuentos.
Nació en Temuco y fue la segunda de cuatro hijas, de un matrimonio compuesto por un carabinero y una dueña de casa. Eran todas bien hermanables, pero no ayudaban mucho en casa, porque su madre no las dejaba, recuerda. Sólo tenían que dedicarse a estudiar y jugar.
Después de estudiar en Los Andes, en un viaje a Los Angeles a ver a la familia, se enamoró y se casó con el padre de sus tres hijos. Después de una separación, conoció a su actual pareja en Niebla y regresó a Valdivia a vivir hasta ahora, rodeada de la naturaleza que la inspira para escribir sus poemas.
¿Cómo fue su vida cuando era niña?
-Bueno, fue una infancia como de gitanos. Como mi papá era carabinero, lo trasladaban constantemente y nos movíamos de retén en retén, principalmente en los campos. Estuvo destinado en Niebla, Corral, Valdivia, Los Lagos, Lipingüe y Reumén. En Lipingüe estudié primero básico, de ahí nos trasladamos a Reumén y ahí estuve como hasta sexto preparatoria y luego nos vinimos a Los Lagos. Allí terminé la enseñanza básica y nos vinimos a Valdivia.
¿Cómo llegó a Valdivia?
-Bueno, lo que pasó es que en 1959 tenía que venirme a estudiar a Valdivia desde Los Lagos. Además, en ese tiempo mi padre jubiló y entonces decidieron venirse.
¿Pasaron el terremoto acá entonces?
-Justo en esa época, efectivamente nos tocó el terremoto. Mis papás con mis hermanas se fueron a la casa de unos familiares en Los Angeles, porque la casa en la que vivíamos se desniveló. En mi caso, me las ingenié para salir favorecida e ir a estudiar al norte y clasifiqué para Los Andes. Me fui en la barcaza Arturo Prat, en un viaje que duró una o dos noches. Ya en Los Andes, mi profesora de Castellano vio que tenía facilidades para escribir y me pidió redactar un texto acerca de mi viaje, para leerlo en la clase. Finalmente, lo publicaron en el diario de la ciudad. Esos fueron mis primeros escritos.
¿Cuánto tiempo estuvo allí?
-El terremoto fue en mayo. A fines de ese mes nos fuimos al norte. Llegamos diez valdivianos a Los Andes y estuvimos hasta diciembre, mes en que finalizaba el año escolar, y a mí, por tener buenas calificaciones, me becaron y fui por un segundo año. Estudié segundo y tercero medio, finalmente, en Los Andes.
¿Y regresó a la casa de la familia?
-Claro, a Los Angeles, donde estaban mis padres instalados después del terremoto. Ahí estaba cursando mi último año del colegio y me enamoré, por lo que no terminé el colegio y decidí casarme.
Entonces ¿qué fue lo que hizo?
-En el hospital de Los Angeles, había unos cursos de lo que ahora sería técnico paramédico. Yo postulé, quedé y fui hospitalaria. Trabajé en el hospital de Los Angeles como ocho años y medio.
¿Ya estaba casada cuando tomó ese curso y estudió?
-Sí. Ya estaba casada con mi primer marido, un periodista y ex alcalde de Los Angeles llamado Daniel Badilla, con quien tuve a mis tres hijos, dos varones: Daniel Bernardo y Patricio Alejandro y la mujer: Erica, que es la menor. Pero después de 14 años vino la separación.
Pero ¿conoció el amor nuevamente?
-Sí. Todos los años salía a veranear con mis hijos y un año me vine a Niebla con ellos y conocí a mi actual marido, Jorge Leal. Nos enamoramos y nos casamos después de 13 años de relación. Él era dueño de una flota de buses hacia la costa, pero tuvo un problema de salud. Ahora estamos en la casa los dos, tranquilos y felices, mientras yo escribo rodeada por la naturaleza.
leer y escribir
¿Ud. diría que lo que más le gusta hacer es es cribir?
-Sí, porque desde pequeña siempre me ha gustado leer y escribir.
Cuando estaba en Niebla, postulé a un concurso de cuentos y lo gané. Ahí comencé a asistir a un talle con la profesora Teresita García y decidimos formar un grupo literario (ver recuadro).