Con las actividades del Campamento Musical Marqués de Mancera, que inició ayer su versión N°22, parte oficialmente el programa de Valdivia, Capital Americana de la Cultura 2016, que se extenderá durante todo el año y que espera incluir a las 12 comunas de Los Ríos.
Música, teatro, danza, pintura, puesta en valor de sitios patrimoniales, seminarios, charlas y otras iniciativas, son parte de la propuesta, que en sí misma es una invitación a mostrar lo mejor de Los Ríos a través de medios de prensa internacionales. Básicamente, en eso consiste la nominación internacional, que cada año concentra la atención en una ciudad del mundo como protagonista de eventos culturales. Algunas solo dejan pasar el tiempo y se suman a la lista con algún grado de entusiasmo; otras, se potencian a largo plazo. Valdivia quiere ser de estas últimas. Así, al menos, lo indican el entusiasmo de los equipos municipales a cargo del tema; la gran cantidad de personas que sumó a los talleres de preparación de la noche inaugural (16 de enero, 22 horas, Parque Saval) y la colaboración transversal que la propuesta ha generado.
Ser Capital Americana de la Cultura es una oportunidad que solo dos ciudades del país han tenido antes: Iquique en el año 2001 y Santiago en 2004. Junto a ellas otras trece comunas del continente han recibido la distinción del Bureau Internacional de Capitales Culturales, entidad acreditada ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Todos esos territorios se han sumado a una lista internacional, que busca relevar actividades que promuevan la convivencia pacífica entre los pueblos, poniendo en valor sus respectivas identidades.
Para Valdivia, que se autodefine como una ciudad orientada hacia el turismo, ser Capital Americana de la Cultura, es una posibilidad más de promoción, una ventana que debe abrir al máximo.
Pero junto con este esfuerzo no deben descuidarse otras tareas vinculadas a la calidad de servicios que la ciudad entrega. Es decir, no solo promoción, sino también excelencia. Ese es el desafío real, de aquello que se proyecta más allá de los eventos.