Licencias por depresión y estrés
Las enfermedades siquiátricas lideran las causas de ausentismo laboral en Los Ríos y en todo el país. Prevenir es necesario, desde los mismos espacios de trabajo. Pausas saludables, esquemas flexibles de tareas, horarios que permitan compatibilizar la vida profesional con la familiar, son herramientas de prevención...
Más del 20% de las licencias médicas presentadas por trabajadores y aprobadas durante 2015 a nivel nacional tuvieron relación con enfermedades siquiátricas como estrés, depresión, trastornos de ansiedad y problemas de adaptación. En Los Ríos, esas causas lideran los permisos laborales, superando la media del país.
Los datos corresponden a informaciones entregadas por isapres respecto del año pasado y coinciden con los índices del ministerio de Salud, que señalan que dos de cada diez chilenos enfrentan este tipo de problemas, una de las tasas más altas del mundo.
En el escenario descrito, resulta muy claro que es preciso realizar acciones de prevención tanto a nivel familiar y comunitario, como también en los espacios laborales, que es donde las personas pasan la mayor parte de su tiempo. Pausas saludables, esquemas flexibles de tareas, horarios que permitan compatibilizar la vida profesional con la familiar, se encuentran entre las propuestas de los expertos para enfrentar a tiempo el problema desde la perspectiva de los empleadores.
También es preciso hablar más sobre el tema y no minimizarlo, pues muchas veces -por desconocimiento- se estigmatiza a las personas que padecen estos trastornos y no se les evalúa en su justa dimensión, ni se activan los mecanismos necesarios para ayudarlas.
Lamentablemente, cuando las situaciones de este tipo se agudizan, los afectados pueden llegar a extremos como atentar contra sus vidas, y en Chile hay cifras preocupantes al respecto.
Según informes de la Organización Panamericana de Salud, en el país se suicidan 11 personas adultas por cada 100 mil habitantes cada año. La mayoría de ellos son mayores y varones (18 hombres por cada 5 mujeres), pero las cifras han crecido preocupantemente también entre los jóvenes de 20 a 24 años (23 por cada 100 mil), como también entre adolescentes de 10 a 19 años.
La proyección del MInsal hacia 2020 es que podríamos llegar a 12 casos por cada 100 mil entre los menores de edad y esto, claramente, es una mala noticia.