60 años de la Facultad de Filosofía y Humanidades
...no renunciamos a ese "destino auténtico", porque el futuro -como decía Carlo Levi- "tiene corazón antiguo".
El lunes 18 de junio de 1956, el Consejo Académico de la Universidad Austral de Chile crea la entonces Facultad de Filosofía y Educación. En la oportunidad, el incansable rector Eduardo Morales expresa que "las condiciones para echar las bases de una Facultad de Filosofía y Educación han cristalizado con el éxito de las gestiones para contratar al señor Eleazar Huerta". La creación de la Facultad asociada al nombre de Huerta, no era gratuito: Morales ve en él a un académico de alto prestigio, que lo iguala en tesón y al que la universidad puede confiarle la puesta en marcha de toda una Facultad en menos de 6 meses, casi sin profesores especialistas, exigua infraestructura y escaso apoyo administrativo.
Morales acierta. Eleazar Huerta -exiliado de la guerra civil española, ex diputado republicano y, para entonces, figura notable de los estudios literarios en Chile- logra lo imposible y en marzo de 1957 articula dos departamentos y dos escuelas (Pedagogía en Biología y Química y en Castellano) y consigue filiar a un cuerpo académico reducido, pero de excelencia: Guillermo Araya, Augusto Pescador, Gastón Gainza, entre otros. Huerta y sus colegas se empeñaron en dotar a la nueva Facultad de un sello crítico e innovador que la diferenciará del resto de facultades homólogas en el país. Un "destino auténtico" -repetía Huerta- que desarrollara simultáneamente, además de la docencia y la extensión, la investigación, en un contexto nacional y regional de graves insuficiencias institucionales en los estudios humanísticos, pedagógicos y sociales. Se formaron con celeridad núcleos de investigación que dieron paso a los Seminarios de Geografía Lingüística, al Instituto de Filología y a la revista más antigua de la Universidad -y aún vigente-: Estudios Filológicos. Ese destino, en tensión dialéctica con la docencia y la extensión, dio un impulso inesperado a una Facultad naciente y que a poco andar, ensanchó sus saberes, multiplicó sus maestros y repletó sus aulas.
Este año -partiendo el día martes 22 de marzo con un homenaje a Eleazar Huerta- celebramos un sello y una herencia fundacional: el insistir y resistir en el cultivo y defensa de las humanidades, no sólo investigando, sino formando. Y hoy, como en 1956, no renunciamos a ese "destino auténtico", porque el futuro- como decía Carlo Levi- "tiene corazón antiguo".
Yanko González C.
Decano Facultad Filosofía y Humanidades, UACh