Veneno paralizante de los mariscos
Los peces pueden ser consumidos pues no actúan como vector de transmisión de esas toxinas.
Mediando enero comenzó a manifestarse la floración algal nociva que, aún en mayo, sigue cursando en aguas de Chiloé. Es la cuarta ocurrencia desde que en 2002, el Veneno Paralizante de los Mariscos (VPM) asola aguas chilotas. Es aún menos tóxico que el primero o el de 2009 y, sin embargo, es el más extenso territorialmente, alcanzando ya hasta Los Ríos por aguas de la costa pacífica.
Se trata de una abundante proliferación de Alexandrium Catenella, un dinoflagelado capaz de moverse por sí mismo y que, consumido por especies filtradoras produce neurotoxinas que afectan a quienes coman de esos mariscos. Los efectos en la avifauna -costera o doméstica- y en seres humanos, pueden ser mortales.
Sólo es posible evitarlos absteniéndose de consumir mariscos originados en zonas afectadas por la floración. Los peces -en Chile y por fortuna- pueden ser consumidos pues no actúan como vector de transmisión de esas toxinas.
Puesto que esto no enferma a los mariscos, su condición tóxica sólo puede reconocerse mediante análisis de laboratorio. El brote puede crecer, multiplicarse y extenderse en pocas horas y los mariscos podrían tardar poco tiempo en volverse tóxicos.
Por todo ello tres asuntos son esenciales para asegurar la salud de la población: a) detección temprana de agentes causales en el agua; b) Toma de muestra y análisis de carne de los mariscos c) inmediata notificación a los responsables de adoptar las precauciones sanitarias e inmediato aviso a la población para que se proteja.
En Chile existe una red de laboratorios y colaboración entre servicios estatales y privados que cumplen esta crítica función que se inicia detectando la presencia de agentes causales con análisis regulares del agua, en las zonas de producción o extracción, además de monitoreos y fiscalización en el plantas y comenrcios.
Sin embargo, la conducta ciudadana es -definitivamente- lo más relevante: no alarmar sin necesidad; informarse y socializar información responsablemente; no exagerar ni disminuir lo grave del hecho.
Si alguien enferma por VPM, su traslado a recintos médicos es prioridad; mientras arriba, asegurarle apoyo respiratorio constante, pues estará expuesto a una falla cardiorespiratoria. Más información: www.labtox.cl y www.marearoja.cl
Víctor Contreras Scorsoni
Laboratorio de Toxinas Marinas, U. de Chile, Castro-Chiloé