Juan Carlos Hernández G.
"Ella será la única que estará siempre conmigo y aunque muchos dicen que es una carga, yo solo pienso que es mi hija y que vivirá conmigo hasta que sea viejito" señala Víctor Alfonso Pérez Pérez, mientras toma la manito derecha de María Paz, su hija de 13 años de edad que padece una parálisis cerebral severa. Hoy, cuando en muchos hogares se festeje el Día del Padre, ella le entregará el mejor regalo desde la cama donde se encuentra postrada: una simple mirada y una inocente sonrisa.
Padre de tres hijos: María Paz, de 13; Benjamín, de 10; y Tomás, de 7; la vida de Víctor Alfonso Pérez tuvo un cambio radical hace poco más de tres años, cuando a consecuencia de una ruptura matrimonial se quedó al cuidado de sus tres retoños.
En ese tiempo, él trabajaba en una empresa valdiviana y tuvo que renunciar, para cuidar y criar a sus tres hijos. Fueron tiempos difíciles, solo con el apoyo inicial de su familia. Pero logró salir adelante, se endeudó -señala- y hoy tiene el apoyo de Stefanie, su nueva pareja. En septiembre del año pasado se decidió a emprender y se instaló con un almacén de provisiones en su domicilio, en la calle Raúl Sáez Nº 1874 de la villa La Estancia.
Amor de papá
Y aunque Víctor, a sus jóvenes 31 años señala que reparte amor entre sus tres hijos, sin duda que la preocupación por María Paz tiene que ser especial. Ella vino al mundo por cesárea y sufrió una asfixia al nacer, según cuenta "porque el doctor que la atendió entonces cometió una negligencia y aunque tratamos de querellarnos entonces, no logramos nada".
Inicialmente, a María Paz le diagnosticaron el Síndrome de West o síndrome de los espasmos infantiles, que es una alteración cerebral epiléptica. Pero, al año de edad los profesionales médicos concluyeron en que padece una parálisis cerebral severa.
Así es como la pequeña solamente realiza algunos movimientos involuntarios y se alimenta a través de una sonda. A fines del año pasado ingresó al Centro de Estimulación Temprana Inka Poyen y su padre la iba a dejar y buscar diariamente, para que la niña recibiera atención especializada de kinesiología y fonoaudiología.
Luego la pudieron movilizar en un furgón y este año se trasladaba en un minibús del establecimiento educacional, hasta que comenzó el peligro de las enfermedades respiratorias y después María Paz sufrió una caída desde su cama, que le causó una fractura del fémur de su pierna derecha, por lo que además permanece enyesada.
"Este año ha tenido mala suerte por los cambios de temperatura, pero espero que pronto pueda ir de nuevo al colegio. Las tías dicen que le gusta y yo me doy cuenta que progresa. Se da cuenta de muchas cosas, solo le falta hablar y poder hacer sus movimientos, señala Víctor Pérez.
"Antes de mi separación era un padre proveedor, pero después tuve que aprender a hacer de todo, desde cambiar pañales. Ha sido difícil, pero he salido adelante por ellos, porque son mis hijos y lo que más quiero en esta vida", agrega durante un descanso entre la atención de su negocio y la fabricación del pan para la once de sus clientes y reitera que "afortunadamente, ahora tengo el apoyo de mi pareja".
Sin dejar de lado a sus otros hijos, Víctor asume el especial rol de cuidar a su hija enferma. "Cuando le hago cariño, ejercicios y veo su sonrisa, es algo tan especial, que me lleva a pensar que está feliz".
Así, este joven valdiviano demuestra que la responsabilidad de ser padre está por encima de todas las dificultades de la vida.
"Ha sido difícil, pero he salido adelante por ellos, porque son mis hijos y lo que más quiero en esta vida".
Víctor Alfonso Pérez, Papá valdiviano
El origen de la celebración
El Día del Padre es una celebración dedicada a los padres de familia, que en Europa se conmemora oficialmente los 19 de marzo, el día de San José. En cambio, en la mayoría de los países de Latinoamérica la celebración se realiza durante el tercer domingo de junio. La festividad se originó en 1909 en Estados Unidos, por iniciativa de Sonora Smart Dodd hacia su padre, el veterano de la guerra civil Henry Jackson Smart, quien luego del fallecimiento de su esposa -al dar a luz a su sexto hijo- se dedicó a cuidar y educar a sus hijos en una granja de Washington.
Ejemplar
Apoyo Luego de un tiempo solo con sus hijos, hoy tiene el apoyo de su nueva pareja.
Trabajo Padre valdiviano instaló un almacén de provisiones en su casa, para poder cuidar a sus niños.