Baloncesto femenino
Jaime
Matamala Elorz
Ex
seleccionado valdiviano
Uno de los pocos deportes cuyo desarrollo se gestó a la par del masculino, fue el baloncesto femenino. En abril de 1895, dos años antes del primer partido masculino universitario reconocido oficialmente, se jugó un partido femenino entre la Universidad de California de Berkeley y la Univ. de Stanford. En Chile, en 1953 se celebró el primer mundial femenino, cuyo campeón fue EEUU. En abril de 1996 se creó la WNBA, émulo de la NBA.
Con motivo de la celebración del Pre Mundial Sub 18 en ambas categorías, recuerdo la filosofía de un grande que marcó su paso por nuestra ciudad: Edy Bermúdez. Edy pregonaba que a todos los jóvenes se les debía dar la oportunidad de practicar el básquetbol. De 100, decía, sacaré 4 o 5 jugadores de élite, 15 a 20 de competencias nacionales y otros 50 de competencias locales. ¿Y el resto?, preguntábamos. Ellos serán los mejores dirigentes, técnicos, preparadores físicos, árbitros, planilleros, jueces de mesa, etc. Porque un deporte se desarrolla por y con todos. Y su acento estaba en esa juventud, ávida de aprender y jugar.
Creo en esa filosofía. En el trabajo serio e inclusivo en las series menores está el éxito del futuro. Lo vimos en la "época de oro" del básquetbol local. Desde la inauguración de nuestro Coliseo, con el Nacional Juvenil Masculino, hace ya 50 años y donde tuve el honor de izar por primera vez nuestra bandera tricolor y capitanear a la selección de Valdivia. Desde ese hito y con el aporte de todos se desarrolla un proceso que llevó al éxito ya conocido. Hoy Valdivia, de la mano del profesor Edgardo Bilbao y su hija Andrea, han desarrollado y mantenido un plan a largo plazo que ya ha dado muy buenos resultados, al alero del Centro de Deportes y Recreación de la UACh.