Para este mediodía está contemplada la inauguración de las fondas dieciocheras en el Parque Saval. Es el punto de partida para el festejo más intenso y esperado del año, ante el que la comunidad local no hace más que sumarse a las actividades tradicionales que se registran a lo largo de todo el territorio nacional, con algunas pequeñas diferencias de matices derivadas de las características de cada lugar.

Valdivia ha sido una ciudad privilegiada para la conmemoración de las Fiestas Patrias desde que el epicentro de la celebración se instaló en el recinto de Isla Teja, hace un par de décadas, ya que se trata de un lugar que reúne todas las características exigidas en materia de comodidad y seguridad para los asistentes, incluyendo a la familia completa, y a no más de diez minutos del centro. El Parque Saval, además, entrega el siempre necesario contacto con la generosa naturaleza de esta tierra.

Los valdivianos de más de 40 años deben recordar lo que eran las antiguas ramadas, que debieron deambular por diversos puntos del área urbana, y que no pasaban de ser muy precarias instalaciones a merced de las condiciones meteorológicas. Y eso, en esta zona, son palabras mayores.

Todo eso quedó atrás cuando el parque pasó a manos municipales, y la comunidad pudo disfrutar de un auténtico festejo de septiembre.

Sin embargo, se hace impostergable depurar el funcionamiento de las instalaciones dieciocheras, porque hay vecinos que se ven afectados por el exceso de ruido hasta muy tarde, por la presencia de individuos que no respetan el derecho a privacidad de los residentes en el sector y porque el permanente aumento del parque automotriz ha convertido calles y jardines en improvisados estacionamientos, entre otros problemas.

Estas situaciones son superables con un poco de voluntad y con algunas ordenanzas que apunten al ordenamiento de las festividades. Una celebración activa, pero apuntando al bienestar común es perfectamente alcanzable.

Es un hecho incontrovertible que el ser humano es el responsable directo del deterioro ambiental que sufrimos en el planeta desde hace más de un siglo. También es indiscutible que una de las herramientas más eficientes para revertir y subsanar el daño, es avanzar en la concientización sobre la responsabilidad individual a través de la educación a todo nivel.

La Universidad Austral no está ajena a esta realidad mundial. Es por ello que el 2013 firmamos el Acuerdo de Producción Limpia (APL) Campus Sustentable, junto a 21 instituciones de educación superior adherentes, para iniciar el camino a la sustentabilidad o formalizar la trayectoria de lo que se entiende como una Universidad Sustentable: Compromiso institucional, diseño curricular y gestión de campus. Ésta última abarca desde buenas prácticas en el uso eficiente de los recursos, el manejo integral de residuos sólidos, seguridad y salud ocupacional, caracterización de residuos líquidos, hasta la medición y compromiso de reducción de la huella de carbono corporativa, entre otras.

Un paso importantísimo en esta línea fue la aprobación a fines de agosto de la Política de Sustentabilidad (R.R. N°192/2016) que establece compromisos y lineamientos en Formación de Pregrado y Postgrado, Investigación y Desarrollo, Vinculación con el Medio y Gestión Institucional. Compromisos que además incluyen una Oficina de Sustentabilidad para impulsar las diversas acciones. Cabe señalar que la Política se fundamenta en la definición de sustentabilidad propuesta por John Ehrenfeld en 2008 y validada por el Comité de Sustentabilidad UACh, que dice "entendemos la sustentabilidad como una construcción colectiva, mediante la cual la humanidad aspira a la posibilidad de que el ser humano y otras formas de vida, prosperen en el planeta de manera perpetua".

Estos lineamientos se basan en procesos de mejora continua que buscan influir en los integrantes de la comunidad universitaria como agentes de cambio en la sociedad entera, lo que redundará a través del tiempo en tener ciudadanos más conscientes, responsables y empoderados en cuidar un planeta de recursos finitos y que ya no puede seguir esperando.

Mónica Alacid J. Mg. M. Ambiente, Secretaria Red Campus Sustentable, UACh

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