Claudia Muñoz David
En el año 2011 el Ministerio de Vivienda y Urbanismo realizó un catastro de los campamentos existentes en todo el país. Este censo arrojó que en Los Ríos existían 21, los que estaban distribuidos en diez comunas. El director regional del Serviu, Alejandro Larsen, aseguró que desde ese año hasta la fecha se ha logrado cerrar en el territorio diez de esos asentamientos ilegales y el plan es terminar con ellos -los catastrados- en 2018. Para esto, el equipo de Aldeas y Campamentos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo se colocó como meta terminar este año con tres y el próximo, con cuatro.
"Como meta para el año 2016 tenemos cerrar los dos campamentos que nos quedan en La Unión y que son los últimos de la provincia del Ranco. Caupolicán Alto -para el que existe un proyecto de radicación en el que se urbanizarán los terrenos en los que ellos viven- y Cancha Foitzick (...) Además, dentro de la meta está terminar con La Rotonda, de Los Lagos", dijo.
Para 2017 el plan se enfoca en cerrar dos asentamientos ilegales de Mariquina -Estero Carantú y San Francisco-, uno en Panguipulli y el cuarto se encuentra en evaluación.
Menos familias
El director regional del Serviu, Alejandro Larsen, indicó que hoy en Los Ríos viven en campamentos menos de la mitad de las personas que lo hacían en 2011. Es decir, de mil 146 familias se pasó a 470, según los datos que el organismo público ha recogido. "Para llegar a este balance positivo se ha hecho un trabajo consistente. Hoy el equipo de campamentos está trabajando con una estrategia en tres niveles. Primero, con el desarrollo y la materialización de los proyectos habitacionales que van a permitir la salida de las familias en forma definitiva; segundo, con el mejoramiento de las condiciones de habitabilidad actuales en el campamento y tercero, el plan de cierre que -además- evite el repoblamiento", destacó.
Sin embargo, fue enfático en recalcar que el objetivo del servicio es que la gente no vea a los campamentos como un recurso para obtener una solución habitacional rápida. "Nosotros hemos visto que la erradicación de un campamento demora en promedio diez años. La señal que queremos dar es que si una familia que vive como allegada se organiza en un comité de vivienda, desarrolla un proyecto habitacional y postula de manera normal, puede llegar a una solución antes que sufriendo lo que significa vivir en un campamento", dijo.
Sin embargo, el proceso de cierre no ha estado libre de críticas. Durante la primera Mesa Regional de Campamentos -desarrollada el 31 de agosto en Valdivia- dirigentes indicaron que requerían más presencia de Aldeas y Campamentos en sus territorios. Sobre esto, Larsen dijo que "en los resultados objetivos se está atendiendo la necesidad fundamental. Hay que decir que el ámbito de gestión del ministerio es limitada. Si alguien pretende que hagamos una campaña de desratización o los acompañemos en la celebración de las navidades, tenemos prohibiciones presupuestarias porque eso escapa al ámbito de nuestro quehacer", detalló.
Sobre la posibilidad de que Los Ríos sea una de las primeras regiones en acabar con todos los campamentos, Larsen explicó que "las condiciones están dadas en la región, pero eso no va a ocurrir por casualidad. Será producto de un trabajo consistente por parte del Minvu y de que otros actores intervinientes colaboren en contener la formación de nuevos asentamientos".
Coordinación entre sectores
La seremi del Minvu, Javiera Maira, reiteró que uno de los objetivos de su cartera es atender a todas las familias que requieren apoyo para una solución habitacional y que ello exige la coordinación con municipios y el diálogo constante con los actores de la sociedad civil. La autoridad dijo que si bien las cifras del número de campamentos es baja en relación a otras regiones del país, se debe fortaleciendo las políticas habitacionales.