Una hermosa actividad escolar fue la que desarrollaron los niños y niñas que participaron en el Congreso Regional Explora, que este año reunió a 52 proyectos.
El evento fue exitoso y refleja el resultado de una actividad tesonera, que se ha realizado por más de catorce años en nuestra región al alero de la Universidad Austral y con apoyo de Conicyt, liderada primero por la académica Lilian Villanueva y actualmente por Ronnie Reyes.
Gracias al esfuerzo de esos equipos, ahora resulta normal hablar de "ciencia escolar" y no parece extraño que se desarrollen ferias, iniciativas de divulgación, apertura de laboratorios al público y que muchas instituciones quieran también dar a conocer sus trabajos, en un lenguaje sencillo.
Mirado desde esa perspectiva, se podría decir que uno de los objetivos con los cuales nació Explora se ha cumplido. También se ha logrado que más personas se interesen por el estudio de estas disciplinas.
Paralelamente a este trabajo masivo y gracias a muchas iniciativas de estímulo realizadas en el país, actualmente hay una generación de jóvenes científicos capacitándose en el extranjero, quienes al regresar podrán hacer aportes significativos para el avance del conocimiento del entorno y para la calidad de vida de la comunidad.
Sin embargo, todo este esfuerzo a nivel de difusión pública y de perfeccionamiento especializado parece no tener el adecuado co-relato político, pues los presupuestos destinados realmente a apoyar investigación científica de alto nivel se encuentran estancados y son muy bajos en comparación a otras naciones.
Una advertencia sobre este punto fue la que hicieron los integran de la comisión de Ciencia del G-9 -que agrupa a las universidades públicas no estatales, entre ellas la Uach- al publicar una carta este fin de semana, pidiendo aumento de fondos para la ciencia en el presupuesto nacional.
Es de esperar que su mensaje sea oído por las autoridades, para que Chile pueda avanzar en investigación y aplicación de tecnología, que es el camino -y en esto hay consenso- para que un país pequeño aspire a un verdadero desarrollo, sin seguir dependiendo de la explotación de sus materias primas.